Javier Bauluz es un Premio Putlizer de Fotografía, y además creo , el único español, en esta materia reconocido con esta distinción.Javier cayó un día por Managua, como su dedicatoria dice ,en el año 86,con su primera máquina de fotografía ,recién regalada por su familia, y sus primeros premios nacionales,pues donde ponía el ojo Javier levantaba una emoción inolvidable,aunque seas la mismisima Angelina Jolie.(vease la página personal de Bauluz)Llegó con otro magnifico compañero de viaje Manolo Revuelta,que todavía tenía un cierto olor a su activa participación en la Campaña Anti-Otan en España,asi como una apasionada biografía de Juan Pablo II.Me parecieron enseguida buena gente y comprometida con la realidad social,asi que hice lo imposible para que gozasen de aquella intensiva situación política y social.El Sandinismo andaba a vueltas en ese momento en conflictos con la Iglesia del Cardenal Obando y tampoco les facilitaban la información a tiempo en cantidad y calidad como para responder a sus periódicos.Así que Manolo se decidió preparar una entrevista a Charo Murillo,la mujer del Comandante Ortega,y se encontró con un personaje decisivo en la marcha de Nicaragua,que se mantiene hasta el momento acompañando a su manera al Presidente.Mientras Javier iba sacando fotos a todo,estaba embobado en un escenario revolucionario de peligros limitados,por lo que disparaba fotos hasta desde el mismo Toyota,cuando veía al carro de paja que llevábamos delante atando absolutamente un inmenso mundo de cosas inimaginables,tapados por mantas,tapices y cuerdas enlazados en un buruño sobre el que cabalgaban dos niños de unos 4 o 5 años.Cuyas sonrisas captó como lo hacía con casi todo.LLegado el fin de semana,nos fuimos a la Comisión de Apoyo al combatiente,en cuya fiesta me sacó esta foto,por supuesto sin enterarme.El consiguió sacar otras fotos que publicó en la revista GEO y que sintetizaban todo una liturgia pero de aquel lugar que jamás se pensé que pudiese ser fotogénico. Sólo cuando lo llevé a los Hospitales de Vanguardia,y comprobó la crueldad de la agresión armada a vecinos civiles,familias con niños,todos heridos,en camastros contiguos,sin que los fármacos pudiesen mitigar el dolor de las heridas, entonces no sacó la cámara del petate,sería incapaz me dijo de aumentar sus molestias con su presencia.Recuerdo que cuando llegamos a la Casa del Combatiente en la V Región,había sobre un camión un chavalo fallecido,recién llegado de frente,pues en la Casa de Apoyo los preparaban,los colocaban en una caja de madera,y llamaban a los familiares etc.Ahí tienes tu primer muerto,le dije y el hombre con la cámara en la mano no sabía que hacer;¿está muerto preguntaba?.Sin duda le dije.Se subió a aquel camión ,mientras yo miré para el otro lado...Precisamente el Pulitzer lo ganó después de aquello y tan merecidamente en Ruanda o el infierno de Kosovo,donde ya nadie tuvo que decirle dónde estaban los muertos. Suso Díaz