jueves, 31 de mayo de 2012

En defensa del 15-M ... /// Un interesante artículo de Vicenç Navarro

Como era de esperar, un movimiento que se enfrenta, no sólo al establishment financiero y a la gran patronal, sino también al establishment mediático, ha despertado gran hostilidad por portavoces de tales establishments. Entre ellos han aparecido recientemente dos artículos en el diario conservador La Vanguardia en el que se subraya el declive (en realidad en uno de ellos se utiliza el término “muerte”, “El 15-M se resiste a morir”, 16 de mayo de 2012) de tal movimiento.
No me corresponde a mí contestar tales ataques, pues el movimiento 15-M tiene sus propios portavoces que seguro lo podrían hacer, si quisieran, mejor que yo. Es probable que los ignoren. Pero como “indignado” que soy, y simpatizante con tal movimiento, como lo son la mayoría de españoles (el 68%), creo conveniente contestar tales vulgares y groseros ataques, y muy especialmente al firmado por el columnista Carles Castro, que se especializa en análisis de comportamiento electoral en aquel rotativo. Este autor indica que dicho movimiento “se difumina y languidece” como lo demuestra –según él- que el PP “alejado de los postulados ideológicos del movimiento 15-M” haya conseguido una mayoría absoluta en las Cortes españolas. La victoria del PP, pues, es el mejor indicador, según él, de que tal movimiento está perdiendo influencia. En realidad, añade Castro, su influencia en el ámbito electoral es prácticamente nula, como lo atestigua que el voto nulo o blanco (que define como el voto de protesta) es muy minoritario (sólo un 1,37% en el caso de votos en blanco, y un 1,29% en el caso de votos nulos en España, y un 1,85% y 1,58% respectivamente en Catalunya). Hasta aquí las tesis de Castro.
Los datos, sin embargo, no las sostienen. Metroscopia acaba de publicar en El País “El 15-M aumenta su apoyo ciudadano” (20.05.12), el resultado de una encuesta que documenta que el apoyo a tal movimiento ha aumentado durante este año, pasando del 66% en Junio de 2011 a un 68% en Mayo de 2012. Incluso el porcentaje de rechazo entre los votantes del PP ha descendido de un 33% a un 22%. No hay, por lo tanto, tal declive, por mucho que las derechas así lo deseen.
En cuanto a considerar los votos nulos y en blanco como indicador de la influencia de tal movimiento en el comportamiento electoral, Castro ignora algunos hechos y manipula otros para llegar a su conclusión. El 15-M como tal no hizo ninguna propuesta específica en cuanto a lo que se debía hacer el día de las elecciones. De su análisis se deducía, con razón, un escepticismo hacia la representatividad del sistema electoral español, hecho que quedó demostrado en las elecciones, pues un partido minoritario (al que votaron sólo el 30% de todo el electorado) consiguió una enorme mayoría en las Cortes Españolas (el órgano de representatividad de la democracia española). El sesgo conservador del sistema electoral quedó bien reflejado en el resultado final.
Ahora bien, una persona puede tener tal visión negativa del proceso electoral y votar. Millones de españoles (incluyéndome a mi) no creen que el sistema sea representativo (la proporcionalidad del sistema electoral español es bajísima) y sin embargo participaron en el proceso electoral a fin de dar voz a aquellos partidos que están más cerca de las reivindicaciones de tal movimiento, reivindicaciones a las que Castro maliciosamente se refiere como una Carta a los Reyes Magos a fin de trivializar tales demandas. La mayoría de las demandas del 15-M son factibles, tienen sentido común, y la mayoría de la población simpatiza con ellas y/o las apoya. Tales demandas incluyen la universalización de la sanidad pública y de la educación, el respeto al derecho a la vivienda (garantizado por la Constitución española e ignorado por el Estado) y el cese de ayudas públicas a las entidades financieras responsables de la enorme carencia de crédito. La mayoría de la población (incluyendo los votantes del PP) apoya tales propuestas.
Millones de indignados votamos a partidos, sin poner una papeleta en blanco o nula. No se puede, por lo tanto, mostrar como señal de una supuesta escasa influencia política la contabilización sólo de los votos en blanco o nulos. En realidad, las acciones del movimiento 15-M han dado gran visibilidad a unos temas, tales como las enormes insuficiencias de la democracia española o la excesiva influencia de la banca en la vida política del país, que han estado ignorados por los establishments citados al principio del artículo, incluyendo el mediático, bien representado por su capacidad distorsionadora y manipuladora del columnista Castro.
Oleo Cortesía V.O.P.Hugo Aguirre

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lunes, 28 de mayo de 2012

La intervención criminal de Estados Unidos en Honduras, México y América Central

¡¡¡Llamamiento urgente del Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos !!!


Mopassol
La reciente masacre de integrantes de la comunidad miskita en el Río Patuca, en Honduras, el pasado 11 de mayo cuando dos helicópteros de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA en sus siglas en ingles), dispararon sobre una canoa en la que viajaban los campesinos matando a dos mujeres embarazadas, dos hombres e hiriendo gravemente a otros cuatro, evidencia no sólo la continuidad del terrorismo de Estado impuesto por el golpe militar de junio de 2009 contra el presidente Manuel Zelaya, sino también la trágica ocupación militar norteamericana en ese país.
Detrás de este ataque que “se investiga” en Washington -según se informa- no sólo se advierte la militarización estadounidense de Honduras, con cinco bases y centros de operaciones además de Palmerola (estratégica para la IV Flota) sino que se trata de un ataque directo contra los miskitos, para facilitar la ocupación de la zona y la imposición del corredor mesoamericano de agrocombustibles.
Los asesinatos cotidianos de campesinos, dirigentes sindicales y políticos, maestros, estudiantes y periodistas – en este caso suman 25 asesinados desde principios de 2010- permiten comprobar que el actual gobierno de Porfirio Lobo, surgido de elecciones convocadas y digitadas por los militares golpistas de junio de 2009, es sólo una continuidad de esa dictadura. Los asesinatos cometidos por la fuerzas de ocupación en este país son cotidianos y evidencian que ése es el proyecto-guión de Estados Unidos para América Latina, si los dejamos avanzar. La tasa de crímenes alcanza al 86,5 por ciento por cada cien mil habitantes. Se estiman alrededor de 700 homicidios mensuales y unas 20 víctimas diarias. El 55 por ciento de los homicidios ocurrieron en la zona norte del país (Atlántida, Cortés y Francisco Morazán). El 84,6 por ciento con armas de fuego, Y en casi el 28 por ciento de los asesinatos participaron sicarios.

Se conoce que hay asesores israelíes, paramilitares y sicarios colombianos, después de un acuerdo de los golpistas con el ex presidente de Colombia Alvaro Uribe, así como ex militares argentinos y de la Fundación Uno América, que participó activamente en el golpe. Centenares de personas han sido detenidas y torturadas. Pero al no poder doblegar la resistencia y al entender que no tienen posibilidad de ganar en nuevas elecciones, la represión aumenta cada día. No podemos dejar solo al pueblo hondureño. Es nuestro deber pronunciarnos solidariamente ante las enérgicas denuncias que realizan las organizaciones populares de Honduras, denuncias que la gran prensa silencia de manera sistemática.
Lo más grave, en el caso de los miskitos fue el intento de justificación de esos asesinatos por parte del Director de la Policía Nacional, Ricardo Ramírez Cid, quien dijo que ”hubo un intercambio de disparos en la escena”. Aún cuando se observó que las víctimas estaban desarmadas y los sobrevivientes hospitalizados en La Ceiba relataron que les dispararon a mansalva con ametralladoras y granadas. Lo mismo sucede con los crímenes y amenazas contra los campesinos del Aguán. El pueblo miskito es uno de los más golpeados por la tragedia de la ocupación de ese país centroamericano, así como por la corrupción policial y militar en el tema del narcotráfico, además del feudalismo imperante en esa zona del país, sumida en una enorme pobreza. Hay más de 1700 lisiados y decenas de muertos en la comunidad miskita.
El diario New York Times en su edición del pasado 5 de mayo encabeza un artículo señalando que la “Armada de los Estados Unidos, usando lecciones del conflicto de la década pasada (Irak) en la guerra que está siendo peleada en la selva miskita, ha construido un campamento (centro operativo) con poca notoriedad pública pero con apoyo del gobierno hondureño”. El citado artículo reconoce la instalación de tres “bases de operaciones de avanzada” ubicadas en Mocorón, Puerto Castilla y El Aguacate”.
El Comando Sur del Pentágono está auspiciando en toda Centroamérica lo que llaman “estados fallidos” para justificar las intervenciones en nombre de la seguridad nacional, el viejo esquema con que sembraron dictaduras en todo el continente en el siglo XX. En esa dirección apuntan los “acuerdos de seguridad” que Estados Unidos viene estableciendo con los países de la región.
A la situación de Honduras que se agrava cada día sumando ya miles de muertos, se suma la tragedia mexicana, sobre la que se extiende un silencio cómplice. Desde que México firmó con Estados Unidos el Plan Mérida en el año 2006 (una réplica del Plan Colombia) y Washington envió armas y asesores para una supuesta guerra contra el narcotráfico, más de 55 mil personas han sido secuestradas y asesinadas en forma atroz, sembrando el terror en el norte de ese país. Existen unos diez mil desaparecidos. Las Fuerzas Armadas intervienen directamente en el conflicto y nadie ignora a esta altura de los acontecimientos que la mayoría de esos muertos nada tienen que ver con el narcotráfico y que Estados Unidos entregó armas a los grupos paramilitares como los Zetas, como se ha descubierto investigando la Operación Castaway (Operación Náufrago ) o Rápido y Furioso.
Supuestamente, se trataba de una operación encubierta de la DEA para entregar armas y “conocer” las vías del contrabando. Pero esas armas fueron a parar a manos de los paramilitares mexicanos, que se entrenan en tortura con la población civil, y con inmigrantes que van hacia Estados Unidos y son asesinados y despedazados, como se ha visto en la aparición de cadáveres en distintos lugares.
México ha sido convertido en un estado fallido, y caótico que según políticos republicanos amenaza ahora “la seguridad de Estados Unidos”, y por lo tanto podría ser pasible de una intervención, especialmente si en las elecciones próximas no ganan sus “elegidos” como gobernantes. Las armas de EE.UU también fueron para las “maras” creadas en ese país y luego enviadas a sus países de origen, tanto El Salvador como Honduras y Guatemala, con la finalidad de mantener el crimen y el caos.
Honduras bajo terrorismo de Estado encubierto y Guatemala, donde el feminicidio y la violencia del viejo militarismo y paramilitarismo contrainsurgente se potencia con la llegada a la presidencia de un oficial de los “Kaibiles” la fuerza especial más brutal de todos los tiempos, preparada en Estados Unidos y autora de crímenes de lesa humanidad y de desaparición de aldeas enteras, cuyos pobladores fueron eliminados.
Estos integran la cifra de más de 90 mil desaparecidos durante las dictaduras militares guatemaltecas, la más alta de América Latina considerando además la población de poco más de diez millones de habitantes.
Esta es parte de la realidad centroamericana, a lo que se añade el gobierno derechista de Panamá, que ya ha producido matanzas indígenas, persecución de trabajadores y firmado con Estados Unidos la instalación de doce bases militares y centros operativos rodeando todo el país, que había logrado liberarse del Comando Sur a fines de 1999.
La tragedia ilimitada en Centroamérica se continúa con la virtual ocupación de Colombia con por lo menos ocho bases militares extranjeras y un terrorismo de Estado encubierto desde hace años y ahora en una supuesta “Democracia de Seguridad”, donde continúan las matanzas militares y paramilitares día por día y se impide cualquier proceso de paz que signifique producir un verdadero cambio en ese país. Colombia es el país de América Latina que junto con Guatemala, tiene la mayor cifra de muertos y desaparecidos del continente a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI.
Ante esta realidad, a lo que se unen los tratados de libre comercio firmados con varios gobiernos de la región, la invasión de las agencias de Estados Unidos en el continente y la militarización de la región en ascenso, con las consecuencias sociales y políticas que estamos viendo, el Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos (Mopassol), llama a organizaciones populares a extender su solidaridad y realizar actos y demandas para detener la masacre de pueblos hermanos y denunciar los graves peligros de una profundización de la intervención extranjera, que inevitablemente se extendería hacia todo el continente.

Es hora de decir basta al crimen y detener la guerra de baja intensidad, la invasión silenciosa de las fundaciones del poder imperial y la militarización que intenta una recolonización regional en el siglo XXI.

Fotografias:  Suso Díaz Pereira
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sábado, 26 de mayo de 2012

De la triste suerte de España, como prueba del sentido común de los electores griegos por Yanis Varoufakis

Concedamos, a título de ejemplo, que los griegos seamos gastadores, perezosos, corruptos, sujetos al déficit y aprovechados del arduo trabajo de los demás europeos. Pero, ¿qué pasa con los españoles?
  • ¿ No presentaba el gobierno español un superávit presupuestario antes que la crisis explotara?
  • ¿ No era la deuda pública española más baja que la de Alemania antes que la crisis explotara?
  • ¿ No era España el único país que había logrado de manera bastante remarcable organizar unos juegos olímpicos que 1) fueron rentables 2) dejando detrás de ellos magníficas instalaciones deportivas y ejemplos de renovación urbana (al contrario de las deudas y las antiguallas dejadas aquí)?
  • ¿No ha desarrollado España empresas tales como Zara que han mostrado a Europa que era posible competir frontalmente con Asia en sectores que el resto de Europa había trasladado allí (al menos en términos de trabajo y mano de obra)?
  • ¿No era España el centro de la producción industrial pesada alemana (por ejemplo, la Seat de Volkswagen) proveedora de excelentes beneficios para Alemania?
Y sin embargo, es precisamente este país el que se encuentra hoy en el mismo agujero negro en el que cayó Grecia dos años antes. ¿Cómo podía ser esto posible si, como nos repiten todos, la crisis es debida a la prodigalidad griega?
Incluso la mirada más expeditiva sobre lo que pasa hoy en España debería persuadir al lector de mente abierta que hay alguna cosa profundamente injusta en esta visión convencional de un centro razonable, que se basa en principios económicos racionales, y de una periferia defectuosa, que busca huir de sus responsabilidades.
Desde el verano pasado, las pérdidas de los bancos españoles (resultado de apuestas absurdas en el inmobiliario financiadas principalmente por los bancos alemanes) han sido cargadas sobre las espaldas del Estado español, con el resultado de que este último ha sido, de hecho, excluido de los mercados financieros (gracias a unas tasas de interés superiores al 5%). Para no declarar que España se había unido oficialmente a las filas de Grecia, Irlanda y Portugal como el cuarto de los “estados soberanos caídos”, los “poderes supremos” europeos han propuesto esta brillante idea:
  1. El Banco Central Europeo aceptará cualquier pedazo de papel presentado por los bancos españoles como “garantía” para préstamos masivos concedidos al 1% de interés.
  2. Pero dado que la insolvencia no puede ser erradicada con préstamos, por masivos que sean, los bancos españoles no hacen más que ganar tiempo. Europa juzgó que era necesario que el Estado español prestase más dinero a tipos de interés entre el 4 y el 5% (quizá a través del FEEF, el fondo de rescate financiero europeo) para transmitirlo a los bancos en forma de “recapitalización”.
  3. Ahora bien, como el resultado de estos nuevos préstamos ha sido el de empujar al Estado español más cerca del precipicio de la quiebra, hacía falta encontrar alguna cosa para refinanciar al mismo. Aquí está lo que fue decidido: estos mismos bancos (insolventes) recibiendo capital del Estado, deben prestar al Estado (al 6% de interés) una parte de los préstamos que reciben del BCE (al 1% de interés).
¿Entiende, querido lector, lo que está pasando aquí? Los bancos arrojados a la quiebra por su propia estupidez han transmitido sus pérdidas a un Estado que lograba presentar hasta el momento un superávit presupuestario. El Estado y los contribuyentes se han encontrado de repente inmersos en una insolvencia a largo plazo. Y además, estos mismos bancos han obtenido del BCE préstamos a tasas de interés irrisibles, que luego han prestado, en parte, a tasas de interés asombrosas a este Estado que ellos mismos habían llevado a la bancarrota, y de parte del que al mismo tiempo reciben… ¡capital! Y para resolver los problemas de España con esta “solución”, Europa ha impuesto a este país una austeridad draconiana reduciendo el ingreso nacional a partir del cual se supone que el Estado recaudará impuestos para reembolsar todos los préstamos que le han impuesto.
Entonces, cuando los periodistas del mundo entero, los otros economistas de países del norte, los políticos alemanes y holandeses señalan con el dedo los votantes griegos por haber tomado la “mala” elección en las elecciones, es decir, por haber rechazado el “Gran plan” europeo para salir de la crisis, yo respondo en estos términos muy claros: “Estoy dispuesto a admitir todo lo que quieran acerca de mis compatriotas griegos a condición que me den una respuesta plausible a esta simple pregunta: ¿A qué juega Europa con España en medio de este “Gran plan”?
Oleo: V.O.P.Cortesía Hugo Aguirre


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miércoles, 23 de mayo de 2012

Entrevista al politólogo griego, Dimitris Pantoulas,por Juan Agulló : " Grecia está demostrando a Europa que se puede resistir y que hay alternativas para los pueblos”"

Dimitris Pantoulas (Loannina, 1979) es una joven promesa de la academia y de la izquierda griega. Formado en Inglaterra (Derby, East Anglia y Bath) ha regresado a su país, Grecia, en un momento crítico: justo para vivir lo que define como una “transformación social de calado”. Habla relajado, seguro de sí mismo y en un español (aprendido en Sevilla y en América Latina) fluido…



P- Las elecciones francesas opacaron a las griegas y sin embargo, lo ocurrido allí después de la 'intervención' de la Unión Europea -UE- (y de la orgía de recortes que eso está implicando) es muy interesante... ¿Qué resumen general puede hacerse más allá de lo evidente?
R- La clave de estas elecciones está, sin duda, en la deslegitimación de las políticas de ajuste en general y de aquéllas que los acreedores han impuesto a Grecia en particular. Los ciudadanos han castigado con contundencia a los partidos que habían impuesto el Memorándum [nombre que se da, en Grecia, al Plan de Ajuste acordado por Atenas con la UE y el FMI] y las reglas que regían el sistema político.
El problema es que lo que también ha quedado demostrado es que Grecia todavía está muy fragmentada política y socialmente. El voto a partidos antaño minoritarios [que van desde los neonazis hasta partidos de izquierda no socialdemócrata] ha crecido como la espuma, lo cual demuestra que todavía no hay consenso sobre cómo salir de la crisis. En el fondo es lógico y no debería sorprender si se consideran tanto la magnitud del golpe que la sociedad griega ha padecido en los últimos dos años como la forma en la que la elite política y sus medios de comunicación han impuesto las medidas de ajuste
Durante meses los griegos han soportado un bombardeo constante de dilemas y de chantajes, la mayoría de los cuales (Euro o Dracma; supervivencia o bancarrota, etc.), no solo no eran disyuntivas reales, sino que para lo único que han servido es para aterrorizar a la gente.
En términos generales estoy de acuerdo con aquéllos que ven las recientes elecciones [celebradas el pasado 6 de mayo] como el primer paso hacia una transformación social de calado. De hecho las siguientes [previstas para el 17 de junio] serán las que definan realmente la relación de fuerzas existente en el país…
Y en relación con Europa, lo interesante de ambos procesos es que están demostrando a otros países que los pueblos siguen teniendo capacidad de veto contra las decisiones injustas y antidemocráticas tomadas por la élites sin consultar y que, desde luego, siempre hay alternativas al pensamiento y a las soluciones únicas que proponen esas élites… Eso, considerando el panorama actual y las movilizaciones que hay en Europa contra las medidas de ajuste neoliberal, es muy estimulante.
P- ¿En Grecia nos enfrentamos a una crisis de legitimidad del sistema o exclusivamente de los dos partidos tradicionalmente mayoritarios [ND, derecha y PASOK, socialdemócrata]?
R- En realidad, el PASOK y ND nunca fueron más que dos partidos que competían entre sí electoralmente pero compartían la creencia en un mismo sistema. Desde el final de la dictadura, en 1974, ambos se habían turnado en el poder sumando apoyos conjuntos, siempre, por encima del 75%. Sus votos provinieron fundamentalmente de las clases medias, que en Grecia comenzaron a crecer sobre todo a partir de los años 80. El problema es que ahora, el rápido y violento colapso de esas clases medias –consecuencia de las políticas de austeridad- ha conducido al colapso de esos dos partidos, y también del sistema político que siempre defendieron.
P- ¿Y usted cree que esa tendencia es irreversible? ¿Qué comportamiento electoral piensa que pueden tener el PASOK y ND en las elecciones del 17 de junio?
R- La situación sigue siendo muy inestable. Pese a ello, veo difícil que PASOK y ND vuelvan a monopolizar el juego político. El colapso de la clase media les ha afectado muchísimo. Las políticas de ajuste -derivadas del Memorándum firmado por el Gobierno de coalición de esos partidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la UE- recuerdan demasiado al Consenso de Washington que tanto daño hizo en América Latina. Las políticas neoliberales son nefastas para las clases medias y bajas, porque a lo que tienden es a concentrar el poder y la riqueza en pocas manos. Lo paradójico del caso griego es que los dos partidos que mejor encarnan el neoliberalismo son, precisamente, los que tienen un origen más de clase media, y por si fuera poco, aquéllos que basaban su control social en relaciones clientelistas, nepotistas e incluso en cierta redistribución de la riqueza: todo ello es incompatible con las políticas neoliberales de austeridad.
P- Pero, ¿cuál fue el motivo de fondo por el que PASOK y ND terminaron acercándose tanto a las élites económicas?
R- Ambos partidos pensaron que el bipartidismo era irreversible, y por eso las élites apostaron por ellos. Para muestra de cómo han funcionado las cosas en los últimos tiempos, un botón: ambos partidos ya han recibido, por adelantado, la financiación pública de los próximos dos años tomando como estimación ¡Los resultados electorales de 2009! Por si no bastara con eso PASOK y ND, también se endeudaron –como si fueran empresas privadas- con los bancos nacionales, aportando como garantía los votos que recibirían ¡En el futuro! y la financiación pública que les sería asignada ¡Como consecuencia de esos votos!… Esta situación no solo plantea preguntas sobre la financiación pública de los partidos políticos, sino también sobre la relación entre éstos últimos y la banca así como sobre el uso que esta última da a los ahorros de los ciudadanos…
P- ¿Y qué otras perversiones notables tenía (o tiene todavía) el sistema bipartidista griego?
El sistema electoral, por ejemplo, es un escándalo: por una parte regala 50 escaños al partido político que gana las elecciones (independientemente del porcentaje de votos que saque) y por la otra, reparte los otros 250 diputados, proporcionalmente, entre todos los partidos que superen el 3% de los votos. Así que, por una parte, refuerza desproporcionadamente al ganador y por la otra fragmenta a la oposición. En Grecia, con el sistema electoral de 2009, se puede tener mayoría absoluta hasta ¡Con un 35% de los votos! La lógica que sustentaba un sistema tan injusto era el bipartidismo y un clientelismo que, sobrepuesto a cierta política redistributiva (que de todos modos nunca fue un hecho real y universal en Grecia), permitía a los dos partidos mayoritarios generar una relación de dependencia con la mayor parte de la sociedad.
A veces se olvidan estas cosas pero, el actual Presidente de ND, Andonis Samaras [equivalente al PP y por lo tanto, a Mariano Rajoy] se fue del partido hace 20 años. 10 años después tuvo que regresar, derrotado por el bipartidismo y por el sistema electoral. ¡Era una losa!
P- ¿Y esta vez por qué ND ha perdido tantos votos? ¿Qué atractivo tienen para los votantes de derecha opciones nacionalistas como ANEL o la neonazi Aurora Dorada (AD)?
El punto de inflexión de ND fue noviembre de 2011. Ya en 2009 había perdido las elecciones, y por tanto el poder, cosechando el peor resultado de toda su historia… pero cuando en noviembre de 2011, después de haber estado contra el primer Memorándum, ND votó a favor de un Gobierno de tecnócratas con apoyo tripartito [junto al PASOK y a LAOS, un pequeño partido de ultraderecha] firmó su sentencia de muerte. Y la firmó porque ese Gobierno firmó un segundo Memorándum (con la UE y el FMI) mucho peor que el anterior, que hizo estallar el descontento social en Grecia como nunca antes. Fue entonces cuando un grupo de diputados de ND, que rechazó ese viraje, fue expulsado del partido. Ese fue el núcleo inicial de ANEL, que en las pasadas elecciones arrebató muchos votos conservadores a ND, que se quedó en un escuálido 19%. La gente en Grecia, ni siquiera la de derechas, aguanta más ajustes, esa es la moraleja.
P- ¿Y por qué los griegos, en las pasadas elecciones, prefirieron cambiar el sentido de su voto que abstenerse?¿Podrían hacerlo en las elecciones previstas para el próximo 17 de junio?
R- Votar en Grecia es obligatorio. Incluso te pueden multar por no hacerlo. Además, existe una cultura cívica que siempre ha hecho que aquí haya mucha menos abstención que en Estados Unidos u otros países europeos. Pese a todo, en las últimas elecciones la abstención fue relativamente elevada para los estándares griegos: aproximadamente un tercio de los ciudadanos con derecho a voto no se acercaron a votar. Entre los elementos que podrían explicar ese relativo incremento de la abstención están la creciente emigración (los griegos, ¡no podemos votar desde el extranjero!); el elevado coste de los transportes (muchos, no pueden permitirse viajar con la crisis encima) o la antigüedad de un censo que lleva sin renovar ¡Desde 2001! De los que votaron, hubo bastante voto-protesta. Es muy probable que en las próximas elecciones [previstas para el 17 de junio] la abstención crezca un poco más, sobre todo por el tema del transporte…
P- ¿Cuál es el perfil sociológico del votante medio del partido neonazi Aurora Dorada (AD)? ¿y el de sus dirigentes? ¿Se trata de simple voto protesta o expresa otras tendencias, más estructurales, de la sociedad griega?
R- AD es un grupúsculo neonazi que comenzó a funcionar a caballo entre las décadas de los 80 y los90. Es importante distinguir entre el núcleo del partido (que en las elecciones de 2009 obtuvo apenas un 0,29%) y el 7% que votó a ese núcleo en las elecciones del 6 de mayo. Lo cierto es que en Grecia no hay un 7% de neonazis deseoso de expulsar a los inmigrantes, callar a todo aquel que disienta y de que la sociedad se organice militarmente. En realidad, la mayoría de los apoyos de AD, fueron votos-protesta. El tema de la inmigración (que es una herencia envenenada porque el sistema nunca quiso integrar a esas personas, pero tampoco les pudo abrir las puertas de Europa) es una bomba de relojería en el contexto de una crisis como ésta, en la que una gran parte de la población está transitando de la precariedad a la informalidad. Ahora mismo es muy fácil explotar el descontento y los miedos de la población. AD lo hizo y no solo retóricamente: organizó grupúsculos de adeptos que, en áreas problemáticas, se dedicaban a atacar a los inmigrantes, a “proteger” negocios o a acompañar a los viejecitos a sacar dinero de los cajeros automáticos... A nivel institucional, mientras estas cosas ocurrían, la izquierda lo denunciaba pero los dos partidos mayoritarios [ND y el PASOK] contribuyeron a legitimar en el debate público muchos argumentos de AD. Se llegó al punto de que la policía antidisturbios y los militantes militarizados de AD reprimieron, conjuntamente, manifestaciones organizadas por la izquierda ο grupos antirracistas. Esa relación llegó a ser tan simbiótica que se sabe que AD obtuvo sus mejores resultados en zonas cercanas a la Jefatura de Policía de Atenas, en la que votan los policías de provincias destinados en la capital…
P- Y hablando de izquierda, ¿adónde cree usted que se están yendo los votos del PASOK: más hacia la izquierda, hacia la derecha o hacia la abstención?
R- En las últimas elecciones [celebradas hace unas semanas] el PASOK perdió algo más del 70% de los votos que había recibido en 2009. Esos apoyos se fueron en todas direcciones aunque, la mayoría, fueron a parar a DIMAR (Izquierda pro Euro) y a SYRIZA (Izquierda anti-planes de ajuste ). Algunos votos también se fueron a la derecha, pero no a ND, sino a ANEL, que es una escisión de ND [anti-planes de ajuste ]. Lo interesante ahora será ver cómo se comporta el electorado duro del PASOK en las elecciones del 17 de junio. La mayoría son jubilados que vivieron los años dorados del bipartidismo. Muchos de ellos en las elecciones pasadas se abstuvieron. Pero, ¿qué harán ahora que a medida que crecen las opciones de que SYRIZA gane las elecciones se prepara una campaña mediática contra el “peligro izquierdista”? Está por ver, porque los jóvenes, siguen emigrando…
P- ¿Y por qué la izquierda no se presentó unida a las elecciones del 6 de mayo? ¿Únicamente por la cuestión del euro? De hecho, ¿por qué piensa usted que SYRIZA es la opción que más ha crecido y otras más tradicionales -como los comunistas o los ecologistas- apenas han ganado votos?
R- Lo paradójico es que las bases de los partidos siempre han pretendido la unidad de la izquierda… pero las cúpulas no. Por eso la izquierda en Grecia está tan fragmentada: cada uno defiende sus intereses. Por una parte está el viejo Partido Comunista (KKE), que tiene una estructura muy rígida y una gran capacidad de movilización. Pese a ello, sus dirigentes nunca han querido alianzas con nadie: ni antes ni después de las elecciones y ni siquiera, para canalizar luchas populares. Después está DIMAR, una reciente escisión, pro euro de SYRIZA que se ha marcado como objetivo captar, a través de un discurso izquierdista moderado, el voto más progresista del PASOK. Por último está SYRIZA, una fuerza en ascenso que en las pasadas elecciones quedó en segundo lugar [por detrás solo de ND] y a la que, hoy por hoy, los sondeos dan como posible ganadora de las elecciones del próximo 17 de junio. Entre las razones que explican su fulgurante ascenso están su firme oposición a los planes de ajuste, su presencia en la calle, su apuesta por la unidad de la izquierda y el hecho de haberse dejado de asumir como fuerza de oposición. Hoy por hoy SYRIZA quiere gobernar y además tiene un programa muy realista para hacerlo. Todo ello hace que sea una fuerza que socialmente ha comenzado a ser percibida como una opción alternativa al bipartidismo tradicional. Y eso, en la Grecia actual, es mucho: un soplo de aire fresco que, por cierto, está perjudicando cada vez más a partidos que -como el KKE o DIMAR- no dan la impresión de estar preparados para gobernar sino, como mucho, para influir o que, como los ecologistas, ni siquiera han logrado entrar en el Parlamento. De hecho, las próximas elecciones también serán un test en este sentido…
P- ¿Y usted cree que de cara a las próximas elecciones sería posible pensar en alguna forma de convergencia izquierdista alrededor de un proyecto alternativo?
R- Antes de las elecciones está complicado: SYRIZA sigue abierto a coaliciones pero el Partido Comunista es una opción que no contempla y en cuanto a DIMAR, su papel en las recientes negociaciones para intentar formar Gobierno ha sido muy ambivalente: por momentos, aunque al final no concretó nada, pareció prestar demasiados oídos a los partidos de siempre [ND y PASOK].
Dependiendo de lo que pase el 17 de junio, después de las elecciones la convergencia de la izquierda alrededor de un proyecto alternativo sí podría darse. De hecho, la situación socioeconómica es crítica y si aritméticamente fuera posible que la izquierda gobernara, las bases presionarían muchísimo. Si en esa coyuntura alguien rechazara esa posibilidad, la factura política a largo plazo podría ser demasiado onerosa. El problema es que todavía está por ver lo que va a ocurrir: por el momento SYRIZA encabeza las encuestas pero, precisamente por eso, los ataques que va a recibir y la campaña de miedo, van a ser impresionantes…
P- Centrándonos en lo electoral da la impresión de que en Grecia todo es "cupular". ¿Qué grado de autonomía y qué capacidad de presión real tiene allí el movimiento popular? ¿Hay iniciativas parecidas a la de los Indignados u Occupy?
R- Los movimientos populares padecieron mucho el bipartidismo en Grecia. La capacidad del sistema para cooptar desarticuló el sindicalismo tradicional. Pero a partir de 2010 todo empezó a cambiar. La movilización social está siendo enorme. Aquí también hay Indignados, como los de España, e incluso un movimiento local, muy imaginativo, llamado “Yo no pago”, que practica la insumisión fiscal y acciones directas contra el encarecimiento de los servicios públicos. La mayoría de estos grupos son espontáneos… no tienen vinculación con partidos políticos. Actúan localmente. Ahora mismo casi todo pasa por las urnas, pero después de las elecciones estos actores serán importantes: si hay algo evidente es que, pase lo que pase en junio, este país está transitando hacia una nueva fase de su historia.
P- Y hablando de ‘nuevas fases de la historia’ –y ya para terminar- ¿usted ve a Grecia fuera de la UE, o al menos fuera del euro?
R- En los mercados de valores dicen que solo los tontos piensan que cuanto alguien toma una medicina equivocada la que hace daño es la dosis y no la medicina. En Grecia y en Europa el neoliberalismo está teniendo las mismas consecuencias que antes tuvo en otros países de la periferia. Precisamente por eso es probable que, también en Europa, termine habiendo reacciones parecidas, porque los pueblos no son tontos. En Grecia, ahora mismo, se está librando una de las batallas más grandes de la historia moderna europea: la que contrapone los mercados a la democracia. Lo que se oye sobre la salida o no de Grecia del euro, e incluso de la UE, forma parte de esa batalla. Yo, en realidad, dudo mucho de que las amenazas europeas a Grecia vayan a concretarse o que mi país vaya a salir, unilateralmente, de la UE. En los próximos tiempos podrían ocurrir muchas cosas: incluso que otro país de la UE salga de la Eurozona antes que Grecia o que la economía mundial colapse… Insisto en que vivimos momentos históricos y las predicciones son arriesgadas. El tiempo y los pueblos dirán.
1 Juan Agulló es sociólogo y periodista: geotlati@gmail.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.


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domingo, 20 de mayo de 2012

Austeridad griega: el final del camino

News Economics

Esto no es una crisis griega. Es una crisis europea, en dos partes. Primero, la quiebra financiera de 2008 provocó una recesión global de una dureza excepcional. Unida al rescate de los bancos, la situación desembocó en un incremento acusado de la deuda y en el déficit de las principales economías, incluidas las de la Eurozona.
A medida que en los años 2008 y 2009 fueron descendiendo los ingresos fiscales y aumentando el desempleo, los déficit del gobierno aumentaron. Para tapar el agujero, los gobiernos suscribieron prestamos, con lo que elevaron más su deuda. En el caso de los países de la Eurozona, gran parte de esos préstamos procedían de bancos europeos. Los bancos estaban satisfechos con el acuerdo, pues suponían que no era posible que un miembro de la Eurozona no pagara y, por tanto, los préstamos tenían un riesgo bajo. Los gobiernos también estaban satisfechos porque parecía que estaban consiguiendo financiación barata.
Pero había un problema. Durante la década de existencia del euro, la moneda fijó efectivamente la tasa de intercambio de los países miembros entre sí. Ya no existía la opción de apreciar la moneda en el interior de la Eurozona. Alemania, con un crecimiento de la productividad débil, redujo los salarios de sus trabajadores, que durante siete años sufrieron caídas reales de los ingresos medios. En consecuencia, se volvió más competitiva en relación con otros miembros del euro. En condiciones normales, la situación desembocaría en un aumento de su tasa de intercambio. Pero el euro lo impedía.
En cambio, las exportaciones alemanas parecían muy baratas en los países del sur de Europa. Así que los países del sur empezaron a importar de Alemania (y del norte de Europa en general) más de lo que vendían. Se abrió una brecha comercial: el creciente déficit del sur iba aparejado del creciente superávit en el norte, todo en el interior de la Eurozona. Los déficit necesitaban financiación. Esta es la segunda parte de la crisis, fundamental. Para financiar el déficit, los países suscribieron préstamos aprovechando un sistema financiero europeo recién envalentonado. En España y Portugal, los préstamos aparecían como deuda privada, lo que contribuyó a financiar una inmensa burbuja inmobiliaria mientras el ascenso de los precios al consumo impulsaba al alza el precio de los préstamos. En Grecia supuso un elevado nivel de deuda pública; durante la expansión, los hogares griegos ahorraron, en lugar de suscribir préstamos. Pero en todos los casos, la cuantía total de la deuda en la economía empezó a aumentar rápidamente.
La quiebra financiera, con su cada vez mayor demanda de préstamos, se precipitó rápidamente hasta llegar a la situación de desequilibrio existente en la actualidad. La chispa de la crisis fue la revelación hecha en octubre de 2009 por parte del nuevo gobierno del PASOK de que la deuda pública de Grecia era muy superior a lo que había reconocido el gobierno anterior.
No es una crisis de gasto público. España y Portugal gestionaban superávit oficiales sólidos y gastaban menos de lo que ingresaban por los impuestos, hasta que estalló la crisis; a diferencia de lo que sucedía en Alemania y Francia, que estaban en déficit continuamente. En porcentaje de PIB, Grecia gasta menos en su sector público que Alemania o Francia, aunque su riqueza está aquejada de un fraude fiscal crónico.
Esta es una crisis del sistema financiero y del propio euro. Si no se resuelven ambas caras de este desafortunado emparejamiento, no acabará.
Dos años de fracasos
Las sucesivas tentativas de resolver la crisis por parte de las principales potencias han fracasado manifiestamente. Han seguido la pauta establecida: a los fondos de rescate, que ahora ascienden a 240.000 millones de euros destinados a permitir que el Estado griego cumpla con las demandas de sus acreedores, acompaña la insistencia en unas medidas de autoridad de una dureza cada vez mayor. Supervisados por la «troika» de la UE, el BCE y el FMI, los sucesivos gobiernos griegos han paleado montones cada vez mayores de dinero en efectivo desde instituciones crediticias internacionales, al tiempo que arrancaban cada vez mayores sacrificios del pueblo griego. El impacto causado sobre la sociedad ha sido devastador. Por poner solo un ejemplo, Grecia solía tener la tasa de suicidios más baja de Europa. El año pasado los suicidios han aumentado un 40 por ciento.
Los planes de la troika nunca iban a funcionar. La austeridad es contraproducente. Los recortes en el gasto público (y el aumento acusado de los impuestos) succionan la demanda de cualquier economía. Si la economía es frágil (y la de Grecia es extremadamente frágil) se debilita aún más, pues el descenso de la demanda desemboca en el descenso de la venta de bienes, el descenso del empleo y la caída de los salarios. Se instaura un círculo vicioso de declive, exactamente igual que sucedió cuando los gobiernos trataron de adoptar el mismo rumbo en la década de 1930. La economía griega se ha contraído ahora un 16 por ciento en cinco años, mientras que el desempleo se ha disparado. Y la carga de la deuda, lejos de contraerse, se hincha, habiendo pasado de ser del 130 por ciento del PIB a finales de 2009 a en torno al 160 por ciento a día de hoy.
El único modo de eliminar una deuda es devolverla o cancelarla. Los rescates no sirven para ninguna de las dos cosas. Simplemente contribuyen a mantener el flujo de pagos, con intereses, que permite a Grecia cumplir con las demandas de sus acreedores. Cuando la economía se colapsa (resultado directo de la austeridad) este mecanismo se vuelve cada vez más obsceno: todo un país muerto de hambre por la austeridad, pero mantenido con un goteo de rescates que beneficia a sus acreedores. No debe ser ninguna sorpresa que tantos votantes griegos hayan optado por partidos contrarios a la austeridad. En Grecia no hay ninguna razón en absoluto para aceptar este acuerdo miserable.
En las últimas elecciones, Syriza, la coalición de izquierda radical, ha emergido como vencedora aupándose al segundo lugar y apareciendo ahora en los sondeos con unas previsiones de aproximadamente el 27 por ciento, por delante de todos los demás partidos. Syriza recibió su apoyo en las zonas obreras urbanas, donde suplantó al PASOK. Ha insistido en suspender el pago de la deuda y poner fin a la austeridad como condiciones para cualquier futura coalición de gobierno. Si no se forja ninguna coalición, a mediados de junio se celebrarán nuevas elecciones.
Las semanas que vienen
Dos años de fracasos ignominiosos de la troika están llegando por fin a un punto muerto. La situación es compleja. La pauta para los próximos meses, sometida a grandes incertidumbres, parece ser la siguiente. La tabla que aparece a continuación muestra las cantidades que se espera que Grecia pague durante lo que queda de año para cumplir con sus acreedores.
Calendario de devoluciones de Grecia, año 2012 (en millones de euros)



MayoJunioJulioAgostoSeptiembreOctubreNoviembreDiciembre
11.5462.9913.0309.6761.0191.171852.324
Fuente: Bloomberg
Entre las principales devoluciones concretas se encuentran 3.100 millones de euros adeudados al BCE el 20 de agosto. Pero cualquier otro pago no satisfecho antes de esa fecha desencadenaría una mora.
No es posible que el Estado griego cumpla con estas devoluciones y al mismo tiempo pague a sus empleados. Si se realizan las devoluciones, debe seguir recibiendo financiación de rescate de la UE. Hasta ahora, la UE ha insistido en que recibir dinero de rescate requiere que Grecia cumpla con el Memorándum de Entendimiento firmado el año pasado, que le compromete a adoptar medidas de austeridad estrictas. Si no se suscriben esas medidas, se interrumpirá la financiación, lo que supone rebeldía. Es posible, pero no seguro, que la UE esté ahora dudando a este respecto, pues Jean-Claude Juncker, Primer Ministro de Luxemburgo y jefe del Eurogrupo, insinuó el lunes que se podía conceder alguna indulgencia.
Una vez en rebeldía, tiene poco sentido que Grecia continúe en el seno de la Eurozona. Los bancos internacionales han pasado el último año desechando sus bonos griegos, de tal forma que los únicos compradores que han quedado son instancias oficiales (como el BCE), bancos griegos y fondos de inversión adictos a los riesgos. El impago no golpeará demasiado fuerte a los bancos de fuera de Grecia y el BCE puede soportar las pérdidas. Pero los bancos del interior de Grecia serán barridos. Tendrán que recapitalizarse (aprovisionarse de fondos nuevos), muy probablemente bajo el estricto control del gobierno. Recapitalizar bancos con euros no será posible sin tener acceso al suministro inmediato de euros; y el BCE y otras instancias no estarán dispuestos a abastecerles. Sin embargo, existe la posibilidad de recapitalizarse con moneda nueva, de manera que el banco central emita moneda efectiva para hacer frente a la situación. El colapso de la banca griega desembocaría rápidamente en la salida del euro.
La fecha más probable para las elecciones es el 10 o el 17 de junio próximos. Alemania ha insistido en que si Grecia no tiene gobierno después de estas elecciones, no recibirá el siguiente paquete de ayuda de la UE, esperado para junio. Esto, además, llevará rápidamente a un impago, lo que impulsará a Grecia hacia la puerta de salida del euro.
Pero un gobierno que respete sus compromisos de deuda (si es que se puede formar alguno de algún modo) estaría en una situación extremadamente vulnerable. Su dependencia de posteriores subvenciones de la UE sería terminal. El déficit primario de Grecia (la diferencia entre los impuestos recaudados por el Estado y el gasto realizado, excluyendo el pago de intereses) es del uno por ciento del PIB. No es una inmensidad, pero es necesario cubrirlo. Si, por la razón que sea, no se cubre, el Estado se quedaría sin dinero para pagar a sus funcionarios bastante pronto, quizá en el mes de julio. Se puede ver obligado a emitir pagarés (promesas de pagar en euros en una fecha posterior) y estos, a su vez, empezarían a asumir algunas de las funciones del dinero aceptándose en comercios y demás. Los euros desaparecerían de la circulación, pues se habrían vuelto demasiado valiosos como para utilizarlos en intercambios comerciales o confiárselos a los bancos griegos. Se produciría una salida del euro de facto, casi accidental.
Las posibilidades de que todas las partes negocien una solución a lo largo de los próximos meses y Grecia siga siendo miembro del euro son bajas. Aunque el resultado es incierto y depende de procesos políticos, aun cuando Grecia sortee los próximos meses y salga del periodo electoral siendo miembro del euro, la crisis no estará resuelta. La deuda pública superará cualquier otra consideración y, sin ninguna esperanza realista de devolución y con una economía hecha trizas, el asunto de su permanencia en el euro simplemente reaparecerá.
Contagio y colapso
En teoría, la situación de Grecia se puede contener. Entre los dos, la UE y el BCE han dedicado dos años a erigir una serie de «cortafuegos» para impedir la propagación de la crisis más allá de sus fronteras, para lo que teóricamente hay disponibles 750.000 millones de euros. Sus antiguos acreedores privados han estado deshaciéndose de sus participaciones en la deuda griega hasta reducir al mínimo su exposición a la misma. En teoría, la crisis de Grecia puede mantenerse ahí.
Pero esta no es una crisis griega. España, Portugal e Italia participan del mismo mecanismo de creación de deuda, impulsado por los desequilibrios del euro. Durante los años de expansión del euro, España y Portugal acumularon deudas inmensas del sector privado. Un boom inmobiliario impulsó los préstamos hipotecarios, que a su vez elevaron el aumento de los precios; hasta que hubo un momento en que más del 20 por ciento de la fuerza de trabajo española estaba empleada en la construcción. La deuda privada se disparó. Cuando llegó la quiebra, las deudas se volvieron impagables. Los bancos españoles amenazan con desmoronarse, donde el tercero más importante, Bankia, ha sido nacionalizado silenciosamente por el gobierno la semana pasada. Mientras tanto, Italia está aquejada de un crecimiento bajo permanente y una deuda pública de 1,3 billones de euros. También ha caído en la trampa.
Cualquier estallido en Grecia podría propagarse con rapidez a estos tres países; en particular, a España. Podría producirse una presión desmesurada sobre los bancos cuando los depositarios aterrorizados crean que sus gobiernos son incapaces de apoyar a los bancos en quiebra y empezaran a retirar su dinero en efectivo, lo que encendería la mecha de un pánico bancario. O bien los comerciantes de bonos mercantiles, creyendo que las economías más endeudadas verán quiebras de bancos importantes a los que los gobiernos no podrán rescatar, lo cual impulsará al alza los tipos de interés y obligará a los gobiernos a pedir rescates. O bien los inversores privados y los especuladores, creyendo que estos países no pueden apoyar a sus bancos, empezarán a llevarse el capital a otra parte, lo que provocará una fuga de capitales y el colapso de los bancos.
O, incluso, alguna combinación de las tres cosas. Las tasas de interés para los bonos oficiales español e italiano ya han empezado a sufrir un aumento acusado, pues los agentes empiezan a temer los riesgos de un colapso generalizado. La agencia Fitch ha anunciado que rebajará la calificación de todos los miembros del euro en caso de que Grecia salga de la moneda. Los cortafuegos de la UE, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, que es provisional, y el Mecanismo Europeo de Estabilidad, de carácter permanente, parecen ser capaces de hacer frente a la situación... sobre el papel. En la práctica, no disponen de fondos reales, sino de promesas realizadas por los países signatarios de que pagarán si es necesario. Y una promesa de pago no es lo mismo que disponer del dinero en efectivo; en especial si quienes prometen pagar, como España, también son quienes necesitan rescate. Muy pronto, ambos podrían verse desbordados por una conflagración generalizada. Los riesgos de una segunda recesión grave son importantes.
Próximos pasos
Hay dos principales vías de salida para una quiebra. Una es tratar, en la medida de lo posible, de aferrarse a las antiguas formas de trabajar. Esta es la senda preferida por la troika. Hasta el momento no han funcionado y no van a funcionar en el futuro.
La otra es imponer una ruptura radical con ese pasado fallido. Syriza ha acertado de pleno al insistir en negarse a hacer devoluciones de deuda y prometer el fin de la austeridad. Ninguna de las dos cosas va a beneficiar a los griegos de a pie, ni a la sociedad europea en general. Ha acertado también al incrementar el uso de financiación no ortodoxa, como el endeudamiento interno forzoso: préstamos obligatorios con aquellos que puedan permitirse dar créditos, a tasas de interés bajas. Impedir la propagación del contagio y contener la crisis financiera requerirá el control de los capitales: restricciones sobre la libre circulación de capital, ya sea directa o indirectamente, para impedir la propagación del pánico. Hasta el FMI reconoce ahora la eficacia de este tipo de medidas en una crisis. Es necesario que se grave de forma eficaz la riqueza para sufragar los costes, y que los bancos operen en interés de la sociedad, no para obtener beneficios privados.
Lo que hace falta, en otras palabras, es dar los primeros pasos para alejarse de un sistema económico fracasado. En Europa está creciendo el movimiento contra la austeridad. Grecia podría estar a punto de dar esos primeros pasos en medio de las ruinas. Si se forma allí un nuevo gobierno contrario a la austeridad, la presión que recibirá para impedírselo será inmensa. Nuestra solidaridad será fundamental.

Cortesia V.O.P Hugo Aguirre
Fotografia:Tempestad en el Atitlan. Diaz Pereira

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jueves, 17 de mayo de 2012

¿Por qué y cómo surgió el 15-M?

Vicenç Navarro.
Público

Estamos hoy viendo en España el ataque (y no hay otra manera de definirlo) más frontal al bienestar de las clases populares desde el final de la dictadura fascista (sí, el término científico para definir aquella dictadura no es franquismo, sino fascismo) en el año 1978. Aquel final ocurrió mediante una transición (que no fue modélica) de una dictadura a una democracia sumamente limitada e insuficiente, resultado del enorme dominio que las fuerzas ultra-conservadoras continuaron teniendo sobre los aparatos del Estado. Las movilizaciones del mundo del trabajo (desde 1974 a 1976, España tuvo las movilizaciones y huelgas políticas más numerosas y extensas existentes en Europa) forzaron el fin de aquella horrible dictadura, de manera que, aún cuando el dictador murió en la cama, la dictadura terminó en la calle, con la agitación social que la protesta obrera determinó. Ahora bien, las fuerzas democráticas, y muy en especial, los dirigentes de los partidos de izquierda, acababan de salir de la cárcel o habían llegado recientemente del exilio y no pudieron neutralizar, y todavía menos debilitar, las fuerzas ultra-conservadoras que controlaban el Estado. La permanencia de la Monarquía, regida por un Rey nombrado a dedo por el dictador, era el símbolo de la desigualdad en la correlación de fuerzas en aquel momento.
Las consecuencias de este dominio ultra-conservador sobre el Estado y sobre la mayoría de las instituciones mediáticas y políticas del país son muchas. Como ejemplos podemos citar: una ley electoral escasamente proporcional, que discrimina a las izquierdas (y muy en especial al partido que lideró la resistencia antifascista); la ausencia de medios radiotelevisivos o rotativos de izquierda; y el enorme subdesarrollo social de España (que durante todos estos años ha continuado teniendo el gasto público social per cápita -que financia su escasamente desarrollado Estado del Bienestar- más bajo de la Unión Europea de los Quince (UE-15) (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo económico al nuestro)).
Otra consecuencia de este dominio ultra-conservador del Estado español ha sido la enorme regresividad de la política fiscal, que explica, junto con el enorme fraude fiscal, los escasos ingresos al Estado. Tal realidad, fácilmente documentable (los ingresos al Estado representan sólo el 32% del PIB, el mas bajo de la UE-15) niega las tesis neoliberales promovidas por las voces próximas al capital financiero y a la gran patronal, como Fedea (fundación financiada por la banca y algunas de las mayores empresas del país, que se benefician extensamente de la existencia de paraísos fiscales que les permiten evitar el pago de tributos al Estado) de que nos estamos gastando en España más de lo que podemos. La validez de tal tesis queda fácilmente falseada con el siguiente dato. España no es pobre. Su PIB es el 92% del promedio de los países de la UE-15. En cambio, su gasto público social per cápita no es el 92% del promedio del gasto público social per capita de la UE-15, sino sólo el 72%, lo cual quiere decir que España se gasta 60.000 millones de euros menos de los que se deberían gastar por su nivel de riqueza.
Es cierto que durante el periodo democrático iniciado en 1978 ha habido cambios y mejoras, sobre todo en los periodos de gobiernos PSOE, cambios que han permitido reducir el enorme déficit de gasto público social. Pero debido al gran retraso que dejó la dictadura y también a la excesiva moderación de los gobiernos PSOE, el Estado del Bienestar ha continuado a la cola de la Europa Social. Y los enormes recortes que está imponiendo el gobierno del Partido Popular están aumentando todavía más este déficit social. Y ello es resultado de unas políticas públicas de austeridad que, en su objetivo central de debilitar al mundo del trabajo, están creando una recesión que para amplios sectores de la población alcanza niveles de Gran Depresión.
La rebelión de los jóvenes
Entre estos sectores que viven una Gran Depresión están los jóvenes. Hoy sólo uno de cada dos jóvenes encuentra trabajo. Y según las proyecciones de las agencias que gozan de mayor credibilidad, tal situación continuará durante al menos diez años, una situación intolerable. Y ello es resultado de decisiones políticas que se han ido tomando durante todos estos años, tanto en España como en Bruselas y en Frankfurt y que, con la complicidad de los medios, se han presentado como las únicas posibles. Los datos, sin embargo, muestran que por cada medida de austeridad había una política expansiva de gasto público posible (se hubieran conseguido más fondos revirtiendo la bajada de impuestos de sucesiones -2.500 millones de euros- que congelando las pensiones -1.500 millones de euros-).
No es de extrañar que existan protestas populares en las que los jóvenes –a los que erróneamente se les suponía que “pasaban de todo”- protagonicen las movilizaciones en contra de tales políticas y los establishments financieros, económicos, políticos y mediáticos que las imponen. El 15-M es un movimiento que surge como respuesta a tal crisis financiera, económica y política que ha causado la mayor pérdida de legitimidad de tales establishments. Y tanto en sus objetivos, tales como democratizar la sociedad (y la extensión de los derechos políticos, civiles y democráticos de los ciudadanos que ello conllevaría), como en su táctica (con manifestaciones y acampadas no violentas) ha despertado gran simpatía y apoyo popular, del cual deriva su poder.
Esta demanda de mayor democracia entra en conflicto con la democracia tan limitada que existe en España, consecuencia de la transición inmodélica referida anteriormente. Hoy, exigir democracia es subversivo del orden imperante en España. Exigir que cada ciudadano tenga la misma capacidad de incidencia en la gobernanza del país es revolucionario, pues terminaría con el dominio de las instituciones políticas por parte de las fuerzas conservadoras en el país. Exigir que exista una pluralidad en los medios de información es terminar con el monopolio de clase existente en los medios en España. Exigir que todo cargo representativo sea elegido es terminar con la Monarquía, que es el eje del aparato del Estado todavía controlado por las fuerzas conservadoras. Exigir que existan formas de participación directa (como referéndums a nivel de todo el Estado) es terminar con el control por las élites partidistas del sistema democrático. Exigir que los partidos se democraticen es terminar con el control por parte de los grupos dirigentes de tales instrumentos. Exigir que la economía esté al servicio de las clases populares y no al servicio del 1% de la población que controla las finanzas y grandes empresas es también profundamente subversivo en España. Estas demandas, como los adjetivan los portavoces del establishment, son “extremistas”, “populistas” o “demagógicas”, adjetivos utilizados por las estructuras de poder para marginar las voces críticas auténticamente democráticas que quieren desarrollar la democracia todavía extraordinariamente limitada en España.
Predeciblemente, la respuesta del establishment a tales peticiones ha sido la represión. Véase lo ocurrido el 1º de Mayo en las manifestaciones organizadas, entre otros, por el 15-M. Yo asistí por la mañana a la excelente marcha organizada por los sindicatos (100.000 personas) y por la tarde a la del 15-M (40.000 personas). Lo que ocurrió en esta última me recordó lo que ocurría en los años cincuenta. A los jóvenes, por ser jóvenes, se les detenía y se les registraba. Era el intento de identificar –como lo hizo el reportaje de La Vanguardia- a los jóvenes como terroristas. Era la criminalización de la juventud. El peligro de instalar de nuevo las prácticas represivas que vimos durante la dictadura existe hoy en España.


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