Cortesía Hugo Aguirre V.O.P
Noam Chomsky no solo ha estado observando el movimiento Ocupa. Veterano de los movimientos por los derechos civiles, contra la guerra y contra intervenciones de los años sesenta hasta los ochenta, ha dado conferencias en Ocupad Boston y ha hablado con ocupantes en todo EE.UU. Una nueva publicación de Occupied Media Pamphlet Series presenta en conjunto varias de esas conferencias, un discurso sobre “política exterior de ocupación” y un breve tributo a su amigo y compañero de agitación Howard Zinn.
Noam Chomsky no solo ha estado observando el movimiento Ocupa. Veterano de los movimientos por los derechos civiles, contra la guerra y contra intervenciones de los años sesenta hasta los ochenta, ha dado conferencias en Ocupad Boston y ha hablado con ocupantes en todo EE.UU. Una nueva publicación de Occupied Media Pamphlet Series presenta en conjunto varias de esas conferencias, un discurso sobre “política exterior de ocupación” y un breve tributo a su amigo y compañero de agitación Howard Zinn.
Sus discursos, y esta conversación, dejan claro claro que el profesor emérito
del MIT y autor está impresionado por las espontáneas comunidades cooperativas
creadas por algunos campamentos Ocupa, así como por el impacto político del
movimiento.
Somos una nación cuyos dirigentes siguen políticas equivalentes al “suicidio”
económico, dice Chomsky. Pero hay destellos de posibilidad en cooperativas de
trabajadores y otros espacios en los que la gente percibe el gusto por otra
forma de vivir.
Hablamos en su oficina, para Free Speech TV el 24 de abril.
LF: Comencemos por la visión general. ¿Cómo describe, históricamente,
la situación en la que nos encontramos?
NC: Existe una crisis o un retorno a la norma de estancamiento. Un punto de
vista es que la norma es el estancamiento y que ocasionalmente se logra salir de
él. La otra es que la norma es crecimiento y que ocasionalmente se puede caer en
el estancamiento. Se puede discutir al respecto, pero es un período de
estancamiento casi global. En las principales economías capitalistas, Europa y
EE.UU., el crecimiento es bajo, hay estancamiento y una diferencia muy aguda en
los ingresos, un cambio –un cambio impactante– de la producción a la
financiarización.
EE.UU. y Europa están cometiendo suicidio de diferentes maneras. En Europa es
la austeridad en medio de la recesión y es seguro que será un desastre. Ahora
hay una cierta resistencia a eso. En EE.UU., es esencialmente la deslocalización
de la producción y la financiarización y liberarse de la población superflua
mediante el encarcelamiento. Es un subtexto de lo que pasó en Cartagena
(Colombia) la semana pasada con el conflicto de la guerra contra la droga.
Latinoamérica quiere descriminalizar por lo menos la marihuana (tal vez más, por
cierto) EE.UU. quiere mantenerla criminalizada. Una historia interesante. Me
parece que no hay una salida fácil…
LF: ¿Y en lo político…?
NC: También hay diferencias. En Europa hay un peligroso crecimiento de la
ultra xenofobia que es bastante amenazante para cualquiera que recuerde la
historia de Europa… y un ataque contra los restos del Estado de bienestar.
Cuesta interpretar la política de austeridad en medio de la recesión como otra
cosa que un ataque contra el contrato social. De hecho, algunos dirigentes lo
dicen directamente. Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo tuvo una
entrevista con el Wall Street Journal en la cual dijo que el contrato
social está muerto; que finalmente nos libramos de esa situación.
En EE.UU., ante todo, el sistema electoral ha sido casi totalmente
destrozado. Durante mucho tiempo ha estado en gran parte controlado por gastos
privados concentrados, pero ahora se desbordó. Con el paso de los años las
elecciones se han convertido en espectáculos [de relaciones públicas]. Lo
comprendió la industria de la publicidad en 2008, dio a Barack Obama el premio
de mercadeo del año. Este año es solo una ficción.
LF: Usted describe Ocupa como la primera reacción organizada a una
guerra de clases de treinta años…
NC: Es una guerra de clases, y también un guerra contra los jóvenes… por eso
los costes de educación aumentan tan rápido. No existe una verdadera razón
económica para eso. Es una técnica de control y adoctrinamiento. Y esta es
realmente, la primera reacción organizada, significativa, lo que es importante.
LF: ¿Son adecuadas las comparaciones con la Primavera Árabe?
NC: Un punto de similitud es que ambas son reacciones ante las víctimas
causadas por los programas neoliberales. Tienen un efecto diferente en un país
pobre como Egipto y un país rico como EE.UU. Pero son similares en su
estructura. En Egipto los programas neoliberales han significado crecimiento
estadístico, que justo antes de la Primavera Árabe era una especie de modelo
para el Banco Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional]: la maravillosa
administración económica y gran reforma. El único problema era que para la mayor
parte de la población fue como un golpe en el plexo solar: los salarios bajaban,
las prestaciones se eliminaban, los subsidios para alimentos habían
desaparecido, y mientras tanto había una alta concentración de la riqueza y
mucha corrupción.
En esto tenemos una analogía estructural –de hecho lo mismo vale para
Suramérica– algunos de los eventos más dramáticos de la última década (y lo
vimos de nuevo en Cartagena hace un par de semanas), Latinoamérica se vuelve
hacia la independencia por primera vez en quinientos años. No es poco decir. Y
la Primavera Árabe comenzaba a seguir el ejemplo. Hay una contrarrevolución en
los países de Medio Oriente/Norte de África (MENA) que la está haciendo
retroceder, pero hubo progresos. En Suramérica [hubo progresos sustanciales] y
lo mismo sucede en la Primavera Árabe y tiene un efecto contagioso, estimuló el
movimiento Ocupa y existen interacciones.
LF. En los medios, hubo mucha confusión en la cobertura de Ocupa.
¿Existe una contradicción entre anarquismo y organización? ¿Puede aclararlo?
NC: Anarquismo significa todo tipo de cosas para diferentes personas, pero
los movimientos anarquistas tradicionales se basaron en que habría una sociedad
altamente organizada, solo organizada desde abajo con participación directa,
etc. En realidad, buena parte de la confusión en los medios tiene su base porque
realmente hay dos líneas diferentes en el movimiento ocupa, ambas importantes,
pero diferentes.
Una se orienta a la política: qué objetivos políticos [queremos]. Regular los
bancos, excluir el dinero de las elecciones; aumentar el salario mínimo, temas
ecológicos. Son todos muy importantes y el movimiento Ocupa tuvo impacto. Cambió
no solo el discurso sino, en cierto grado, la acción por esos temas.
La otra parte es solo crear comunidades, algo extremadamente importante en un
país como este, que está muy atomizado. La gente no se habla. Uno está solo con
su televisor o Internet. Pero no se puede tener una democracia que funcione sin
lo que los sociólogos llaman “organizaciones secundarias”, sitios en los que la
gente se pueda encontrar, planificar, hablar y desarrollar ideas. No se puede
hacer por sí solo. El movimiento Ocupa creó espontáneamente comunidades que
enseñaron algo a la gente: se puede estar en una comunidad de apoyo de ayuda
mutua y cooperación y desarrollar su propio sistema sanitario y bibliotecas y
tener espacio abierto para discusión y participación democrática. Las
comunidades semejantes son realmente importantes. Y tal vez sea lo que causa la
confusión en los medios… porque se trata de las dos cosas.
LF: ¿Es el motivo por el cual los mismos medios ignoran la violencia
contra mujeres, exageran las historias sobre supuestas violaciones y violencia
en los campamentos de Ocupa Wall Street?
NC: Es un práctica estándar. Cada vez que quieren denigrar un movimiento
escogen ese tipo de cosas. O es eso, o vestimentas extravagantes o algo
semejante. Recuerdo que en los años sesenta, hubo una manifestación que fue de
Boston a Washington y la televisión mostró a una joven con un sombrero divertido
y extraño, una cosa o la otra. Había un canal independiente en Washington y
efectivamente, mostró a la misma mujer. Es lo que andaban buscando. Tratan de
mostrar lo que es tonto e insignificante y violento si es posible, y en
cualquier sitio se encuentra un sector marginal semejante.
Les sería muy difícil prestar atención al núcleo real del movimiento.
Concentrarse, por ejemplo, en los temas políticos o la creación de comunidades
democráticas de apoyo mutuo que funcionan y decir, bueno, es lo que falta en
nuestro país y por eso no tenemos una democracia que funciona, una comunidad de
verdadera participación. Eso es realmente importante. Y siempre se oculta.
Tomemos, por ejemplo, a Martin Luther King. Escuche los discursos del Día MLK
y todo es “tengo un sueño”. Pero él tenía otro sueño y lo presentó en su último
discurso en Memphis, justo antes de que lo asesinaran. En el cual dijo algo
sobre que él era como Moisés y podía ver la tierra prometida pero cómo no vamos
a llegar a ella. Y la tierra prometida eran políticas y desarrollos que encaren
la pobreza y la represión, no racial, sino del movimiento de los pobres.
Directamente después de eso [el asesinato] hubo una marcha, [King] iba a
encabezarla. Coretta Scott King la encabezó. Comenzó en Memphis y fue por todo
el Sur a diferentes sitios donde habían luchado en la batalla por los derechos
civiles y terminó en Washington DC y establecieron una ciudad de carpas,
Resurrection Park, y el congreso ‘liberal’ llamó a las fuerzas de seguridad. El
congreso más ‘liberal’ de la historia. Irrumpieron en plena noche y destruyeron
Resurrection Park y los expulsaron de la ciudad. Así encaran los movimientos
populares que amenazan…
LF: Pensando en Memphis, donde el Dr. King estaba apoyando a
trabajadores del alcantarillado en huelga, ¿qué piensa sobre el futuro del
movimiento sindical?
NC: El movimiento se liquidó en gran parte en los años veinte, casi lo
destruyeron. Se reanimó en los años treinta y fue muy importante. A fines de los
años treinta el mundo empresarial ya estaba tratando de encontrar maneras de
derrotarlo. Tuvieron que esperar durante la guerra, pero comenzaron
inmediatamente después. Taft Hartley fue en 1947, luego llega una inmensa
campaña de propaganda corporativa que en gran parte se orientaba contra los
sindicatos: por qué son malos y destruyen la armonía y la amistad en EE.UU. Con
el paso de los años tuvieron efecto. El movimiento sindical reconoció demasiado
tarde lo que estaba ocurriendo. Luego volvieron a empezar con Reagan.
Llegó Clinton; empleó una técnica diferente para romper los sindicatos. Se
llamó NAFTA (Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica). Bajo el NAFTA hubo de
nuevo un fuerte aumento en el bloqueo ilegal de esfuerzos de organización. Se
colocaba un letrero: Vamos a transferir las operaciones a México… Es ilegal pero
si se tiene un Estado criminal, no importa.
El resultado final es que la sindicalización en el sector privado ha bajado
prácticamente a siete por ciento. Mientras tanto los sindicatos en el sector
público se han mantenido de alguna manera [a pesar de estar] bajo ataque, pero
en los últimos años, ha habido un fuerte [aumento del] ataque contra sindicatos
en el sector público, en los cuales ha participado Barack Obama. Cuando se
congela los salarios de trabajadores federales, es equivalente a gravar a gente
del sector público…
LF: ¿Y ataques a la negociación colectiva?
NC: Los ataques a la negociación colectiva en Wisconsin [forman parte de]
toda una serie de ataques porque es un ataque a una parte del movimiento
sindical que estaba protegida por el sistema legal como un residuo del Nuevo
Trato y de la Gran Sociedad, etc.
LF: ¿De modo que los sindicatos tienen futuro?
NC: Bueno, no es peor que en los años veinte. Hubo un movimiento sindical
militante muy activo en la última parte del Siglo XIX, hasta principios del
Siglo XX. [Fue] aplastado por Wilson y la amenaza comunista. En los años veinte
llegaban visitantes derechistas de Inglaterra y simplemente se horrorizaban de
cómo se trataba a los trabajadores. Había desaparecido en gran parte. Pero en
los años treinta no solo se reanimó, fue el elemento central en el logro del
Nuevo Trato. La Organización del CIO y las huelgas de brazos caídos que fueron
realmente aterradoras para la administración porque eran un paso antes de decir
“Bueno. Adiós, vamos a dirigir la fábrica”. Y fue un gran factor en
significativas medidas del Nuevo Trato que no fueron triviales sino que tuvieron
mucha importancia.
Luego, después de la guerra, comienza el ataque, pero es una batalla
constante durante toda la historia de EE.UU. Es la historia de este país y
también la historia de cualquier otro país, pero sucede que EE.UU. tiene una
historia sindical excepcionalmente violenta. Cientos de trabajadores fueron
asesinados aquí en una época que fue simplemente desconocida en Europa o
Australia…
LF: ¿Cuál es, a su juicio, el objetivo Número Uno del poder en la
actualidad? ¿Son las corporaciones, el Congreso, los medios, los tribunales?
NC: Los medios son corporaciones, por lo tanto… Las concentraciones del poder
privado tienen enorme, no total, pero enorme influencia en el Congreso y la Casa
Blanca, y eso aumenta fuertemente con la fuerte concentración del poder privado
y el aumento del coste de las elecciones, etc.
LF: Mientras hablamos, hay acciones en marcha emprendidas por los
accionistas que tienen lugar en Detroit y San Francisco. ¿Son buenos objetivos,
valen la pena?
NC: Están bien, pero recuerde, la propiedad de las acciones en EE.UU. está
muy concentrada. [Acciones de presión de los accionistas son] algo, pero es como
el viejo Partido Comunista en la URSS, sería bueno ver más protesta dentro del
Partido Comunista pero no es democracia. No va a suceder. [Las acciones
emprendidas por los accionistas] son un buen paso, pero son en su mayoría
simbólicas. ¿Por qué no? No existe un principio económico que diga que la
administración deba responder ante los accionistas,
LF: Pero se oye decir todo el tiempo que según la ley, se requiere
que el director ejecutivo aumente los dividendos entre los accionistas.
NC: Es una especie de compromiso secundario del director ejecutivo. El primer
compromiso es aumentar su salario. Una de las formas de aumentar su salario es
lograr beneficios a corto plazo pero hay muchas otras maneras. En los últimos
treinta años ha habido cambios legales muy sustanciales a la gobernanza de modo
que los directores ejecutivos ahora eligen en gran parte los consejos que les
otorgan salarios y bonificaciones. Es uno de los motivos por los cuales [la
ratio] de directores ejecutivos en relación con la paga ha aumentado de modo tan
agudo en este país en comparación con Europa. (Son sociedades similares y allá
es bastante malo, pero aquí nos encontramos en la estratosfera). No existe una
razón particular para que sea así. El director ejecutivo también podría ser
responsable ante las partes interesadas –o sea los trabajadores y la comunidad.
Eso presupone que debería haber una administración ¿pero por qué iba a haber una
administración? ¿Por qué la dirección de la industria no está en manos de las
partes interesadas?
LF: Las cooperativas de trabajadores son un movimiento creciente. Una
pregunta que oigo es ¿provendrá un cambio de propiedad si no se cambia el
paradigma de los beneficios?
NC: Es como preguntar si la votación de los accionistas es una buena idea, o
si la regla de Buffet es una buena idea. Sí, es un buen paso, un pequeño paso.
La propiedad de los trabajadores dentro de un sistema capitalista de Estado,
semi-mercado, es mejor que la propiedad privada pero tiene problemas inherentes.
Los mercados tienen ineficiencias inherentes bien conocidas. Son muy
destructivas. La obvia, en un sistema de mercado, en uno que funcione realmente,
es que quien quiera que tome las decisiones no presta atención a lo que se llama
externalidades, los efectos sobre otros. Te vendo un coche, si tus ojos están
abiertos llegaremos a un buen negocio para nosotros pero no estamos preguntando
cómo afectará [allá]. Habrá más congestión, los precios de la gasolina
aumentarán, habrá efectos ecológicos y eso se multiplica por toda la población.
Bueno, es algo muy serio.
Considere la crisis financiera. Desde que la regulación del Nuevo Trato fue
esencialmente desmantelada, ha habido crisis financieras regulares y una de las
razones fundamentales, se entiende, es que el director ejecutivo de Goldman
Sachs o CitiGroup no presta atención a lo que se llama riesgo sistémico. Tal vez
realiza una transacción arriesgada y se cubre contra sus propias pérdidas
potenciales, pero no toma en cuenta el hecho de que si se derrumba puede
derrumbar todo el sistema. Es lo que es un crac financiero.
El ejemplo mucho más serio de esto es el impacto ecológico. En el caso de
instituciones financieras, cuando se derrumban, el contribuyente llega al
rescate, pero si se destruye el medio ambiente nadie llegará a rescatarlo.
LF: Por lo tanto suena como si usted pudiera apoyar algo como el
modelo Cleveland donde la propiedad de la compañía está realmente en manos de
los miembros de la comunidad así como de los trabajadores…
NC: Es un paso adelante pero hay que ir más lejos para desmantelar el sistema
de producción por beneficios en lugar de la producción para su uso. Eso
significa desmantelar por lo menos grandes partes de los sistemas de mercado.
Tome el caso más avanzado: Mondragon. Es propiedad de los trabajadores, no está
administrado por los trabajadores, aunque la administración proviene a menudo de
la fuerza laboral, pero está en un sistema de mercado y todavía explotan a
trabajadores en Suramérica y hacen cosas dañinas para la sociedad en su
conjunto, y no tienen otra alternativa. Si se está en un sistema en el cual hay
que hacer beneficios para sobrevivir se está obligado a ignorar externalidades
negativas, los efectos sobre los demás.
Los mercados también tienen un pésimo efecto psicológico. Llevan a la gente a
una concepción de sí mismos y de la sociedad en la cual solo se persigue el
propio bien, no el bien de otros y eso es extremadamente dañino.
LF: ¿Ha probado alguna vez un sistema que no sea de mercado –un
destello de optimismo– o de cómo podríamos vivir?
NC: Una familia que funciona por ejemplo, son grupos más grandes,
cooperativas son un ejemplo. Ciertamente se puede hacer. La mayor que conozco es
Mondragon pero hay muchas y se podrían hacer muchas más. Aquí mismo en Boston,
en uno de los suburbios hace unos dos años, había una empresa pequeña pero
lucrativa que construía equipamiento de alta tecnología. La multinacional que
poseía la compañía no quería mantenerla en sus libros por lo tanto decidió
cerrarla. La fuerza laboral y el sindicato UE (Trabajadores Eléctricos Unidos)
ofrecieron comprarla, y la comunidad los apoyó. Podría haber funcionado si
hubiera tenido apoyo popular. Si hubiera habido un movimiento Ocupa en aquel
entonces, pienso que habría sido una gran cosa para que se concentrara en ese
caso. Si hubiera funcionado habría habido otra empresa lucrativa, de propiedad
de los trabajadores y dirigida por trabajadores. Ya hay una buena cantidad de
algo semejante en el país. Gar Alperovitz ha escrito al respecto, Seymour Melman
ha trabajado con ellos. Jonathan Feldman trabajó en esas cosas.
Son ejemplos reales y no veo por qué empresas semejantes no puedan
sobrevivir. Por cierto van a ser rechazadas. El sistema del poder no las quiere,
igual que no quiere una democracia popular, más que cómo los Estados de Medio
Oriente y Occidente van a tolerar la Primavera Árabe… Van a tratar de
rechazarlas.
LF: Trataron de derrotar las huelgas de brazos caídos en los años
treinta. Lo que olvidamos es que comunidades enteras se movilizaron para apoyar
esas huelgas. En Flint, cordones de mujeres se colocaron entre los huelguistas y
la policía.
NC: Vuelva atrás un siglo, a Homestead, la ciudad dirigida por trabajadores,
tuvieron que enviar a la Guardia Nacional para destruirlos.
LF: Trayvon Martin. ¿Puede haber durante algunos minutos sobre el
papel del racismo y de la violencia racial en el tema del que hemos estado
hablando? Alguna gente piensa que la lucha contra el racismo es algo separado
del trabajo por temas económicos.
NC: Bueno, ya sabe, existe evidentemente un serio problema racial en el país.
Basta con echar una mirada a lo que sucede en las comunidades
afroestadounidenses. Por ejemplo la riqueza, la riqueza en las comunidades
afroestadounidenses es casi nula. La historia es impresionante. Considere la
historia de los afroestadounidenses en EE.UU. Ha habido unos treinta años de
relativa libertad. Hubo una década después de la Guerra Civil y antes de que el
compacto norte/sur volviera esencialmente a criminalizar la vida negra. Durante
la Segunda Guerra Mundial se necesitó mano de obra libre por lo tanto hubo una
liberación de la fuerza laboral. Los negros se beneficiaron de ella. Duró unos
treinta años, el gran período de crecimiento en los años cincuenta y sesenta, de
modo que un negro podía conseguir un puesto de trabajo en una planta
automovilística y comprar una casa y enviar a sus hijos a la universidad y
entrar de alguna manera al mundo, pero al llegar los años setenta se acabó.
Con el cambio radical de la economía, la fuerza laboral, que es en parte
blanca pero también en gran parte negra, básicamente llegó a ser superflua. Mire
lo que pasó, volvimos a criminalizar a los negros. Las tasas de encarcelamiento
desde los años ochenta han llegado al cielo, sobre todo hombres y mujeres
negros, y latinos en cierta medida. Esencialmente rehaciendo lo que sucedió
durante la Reconstrucción. Es la historia de los afroestadounidenses, por lo
tanto, cómo puede haber alguien que diga que no hay ningún problema. Seguro, el
racismo es serio, pero es peor que eso…
LF: Hable de los medios. A menudo discernimos el sesgo en la
información sobre un caso particular, pero podría hablar de un modo más amplio
sobre la manera en que nuestros medios "monetarizados" muestran el poder, la
democracia, el papel del individuo en la sociedad y de qué manera tiene lugar
ese cambio…
NC: Bueno, no quieren que ocurra un cambio… Están en el centro del sistema de
poder y dominación. Ante todo, los medios son corporaciones, partes de grandes
corporaciones, están vinculados muy estrechamente a otros sistemas de poder en
lo personal y en sus intereses y antecedentes sociales, y todo lo demás.
Naturalmente tienden a ser reaccionarios.
LF: Pero de cierto modo nos dan una medida del tiempo. Si el cambio
no ha ocurrido en diez minutos, no va a ocurrir.
NC: Bueno, es una técnica de adoctrinamiento. Es algo que he aprendido de mi
propia experiencia. Una vez hubo una entrevista con Jeff Greenfield en la cual
le preguntaron por qué yo nunca fui invitado a Nightline. Dio una buena
respuesta. Dijo que la principal razón es que yo carecía de concisión. Yo nunca
había escuchado esa palabra. Hay que tener concisión. Hay que decir algo breve
entre dos anuncios comerciales.
¿Qué se puede decir que sea breve entre dos anuncios comerciales? Puedo decir
que Irán es un Estado terrible. No necesito ninguna evidencia. Puedo decir que
Gadafi impone el terror. Suponga que trato de decir que EE.UU. hace terrorismo,
que de hecho es uno de los principales Estados terroristas del mundo. No se
puede decir eso entre anuncios comerciales. La gente quiere saber correctamente
lo que se quiere decir. Nunca lo han escuchado antes. Entonces hay que explicar.
Hay que suministrar antecedentes. Es exactamente lo que se corta. La concisión
es una técnica de propaganda. Asegura que no se haga nada fuera de repetir
clichés, la doctrina estándar, o que suene como si fuera un lunático.
LF: ¿Y la concepción del poder de los medios? Quién lo tiene, quién
no lo tiene y cuál es nuestro papel si no somos, digamos, presidentes o
directores ejecutivos.
NC: Bueno, no solo los medios, también vale en gran parte para el mundo
académico, el cuadro es que nosotros, la principal democracia del mundo, el
fanal de la libertad y los derechos y la democracia. El hecho es que la
participación democrática es aquí extremadamente marginal, que no entra [en la
información de los medios]. Los medios condenarán las elecciones en Irán,
correctamente, porque los candidatos tienen que ser aprobados por los clérigos.
Pero no señalan que en EE.UU. [los candidatos] tienen que ser aprobados por
altas concentraciones de capital privado. No se puede ser candidato en una
elección a menos que uno pueda reunir millones de dólares.
Un caso interesante es ahora mismo. Esto sucede en el 50 aniversario de la
invasión de Vietnam del Sur por EE.UU., la peor atrocidad en el período de
posguerra. Mató a millones de personas, destruyó cuatro países, una historia de
horror total. Ni una palabra. No ocurrió porque “nosotros” lo hicimos. Por lo
tanto no ocurrió.
Tomemos el 11-S. Significa algo en EE.UU. El “mundo cambió” después del 11-S.
Bueno hagamos un ligero experimento con el pensamiento. Supongamos que el 11-S
los aviones hubieran bombardeado la Casa Blanca… supongamos que hubieran matado
al presidente, establecido una dictadura militar, matado rápidamente a miles,
torturado a otras decenas de miles, establecido un importante centro
internacional terrorista que realiza asesinatos, derrocado gobiernos por todas
partes, instalado otras dictaduras, y lleva al país a una de las peores
depresiones en su historia y tuvo que recurrir al Estado para el rescate.
Supongamos que eso hubiera ocurrido. Ocurrió. En el primer 11-S en 1973. Excepto
que los responsables fuimos nosotros, por lo tanto no ocurrió. Es en el Chile de
Allende. Es imposible imaginar que los medios hablen al respecto.
Y se puede generalizar ampliamente. Lo mismo es en gran parte cierto en el
mundo académico –excepto en los márgenes– es definitivamente un hecho en la
corriente dominante del mundo académico. En ciertos aspectos la crítica de los
medios es algo engañosa [porque no constituyen la única institución de
influencia] y por cierto, interactúan estrechamente.
LAURA FLANDERS es presentadora del Laura Flanders Show que
se presentará en canales de la televisión pública más adelante, en este año. Fue
presentadora y fundadora de GRITtv.org. Sígala en: Twitter: @GRITlaura.
rCR