La eurozona cae en una recesión que
podría haber sido evitada. Si los responsables políticos hubieran dado apoyo
fiscal a países afectados en el Sur y garantías para los bonos de sus gobiernos
(como el gobierno de EE.UU. hace para los bonos del Tesoro de EE.UU.) sus
economías podrían haber seguido creciendo mientras se hacían las reformas
necesarias. Pero la Troika (el FMI, el BCE y la Comisión Europea) decidieron
condicionar los rescates a la aceptación por los Estados miembros de duras
medidas de austeridad que obligaron a los dirigentes a recortar las nóminas, los
servicios y los programas de sus gobiernos. El resultado fue totalmente
predecible: la actividad económica comenzó a chisporrotear mientras un país tras
el otro sucumbían ante una maligna crisis económica.
Por lo tanto la desaceleración fue básicamente algo opcional, una herida
autoinfligida causada por la mala toma de decisiones en Bruselas y Frankfurt.
Cualquiera podía prever cuál iba a ser el resultado porque una política
contraccionaria lleva a la contracción económica. Si se implementan políticas
que han sido creadas para encoger la economía, la economía se encogerá.
Durante el último mes o algo así, la atención se ha concentrado sobre todo en
España, y por una buena razón. El sistema bancario de España se derrumba bajo el
peso de una cartera morosa de decenas de miles de millones en préstamos generada
por la gigantesca burbuja inmobiliaria que se sigue desvalorizando. El desempleo
en España es el mayor de Europa con un 24%. (El desempleo entre los jóvenes es
de más de un 50%). A pesar de esto, el primer ministro derechista de España,
Mariano Rajoy, trata de llegar a los objetivos deficitarios exigidos por la
troika que aumentarán aún más el desempleo mientras profundizan la depresión.
Según Der Spiegel :
“El primer ministro anunció recientemente que quiere reducir los gastos en el
sistema educacional y sanitario del país en 10.000 millones de euros…. Para
cumplir con las exigencias del gobierno central, las regiones tendrían que
recortar 80.000 de 500.000 empleos docentes.”
Como se puede ver, las medidas de austeridad y la consolidación de la deuda
solo aumentan los infortunios de España. Finalmente, después de mucha miseria
innecesaria, España necesitará un rescate, aunque el presidente del BCE Mario
Draghi insiste en que no es así.
Pero los problemas de Europa no se limitan a España o a países en la
periferia. La producción de Francia ha descendido por segundo mes consecutivo y
el ritmo del deterioro se acelera. El sector de servicios también da muestras de
ansiedad al tener efecto las medidas restrictivas y la reducción gradual de la
demanda agregada. El desempleo aumenta mientras se profundiza la recesión. Según
datos de Eurostat la tasa de desempleo desestacionalizada en Francia llegó a un
10% en abril, la más alta de los últimos 12 años. El aumento de la desocupación
ha llevado a una subida de la pobreza que ahora afecta a un 13,5% de la
población. Las medidas de austeridad han llevado a una disminución del consumo
personal, una erosión de la confianza, y una desaceleración más generalizada en
todos los sectores. A pesar de ello, los inflexibles banqueros y burócratas en
Bruselas y Frankfurt no se han apartado un ápice de la política original. Se
mantienen inconmovibles en su compromiso con la austeridad.
Draghi defiende como sigue la austeridad en una entrevista con el Wall Street
Journal :
“No hay ninguna alternativa a la consolidación fiscal, y no debemos negar que
esto es contraccionario a corto plazo. En el futuro habrá el así llamado canal
de la confianza, que reactivará el crecimiento; pero no es algo que suceda de
inmediato, y por eso son tan importantes las reformas estructurales, porque la
contracción a corto plazo será seguida por un crecimiento sustentable a largo
plazo solo si esas reformas están establecidas.” (“Q&A: ECB President Mario
Draghi”, Wall Street Journal )
Nótese cómo Draghi no defiende la austeridad sobre la base de alguna teoría
económica identificable, ni cita algún ejemplo de éxito de la austeridad.
(¿Existe alguno?) Tampoco nombra algún economista destacado que apoye la teoría.
Es solo: “Confiad en nosotros, somos los expertos”… “la expansión
contraccionaria funcionará porque nosotros lo decimos” a pesar de que la
economía se hunde, el desempleo y la pobreza extrema están a alturas récord, y
la Eurozona está embrollada en la peor recesión en los últimos 80 años. “Confiad
en nosotros. Sabemos lo que estamos haciendo.”
Y lo que sigue es un ejemplo del punto de vista de Draghi sobre la
tributación expresado en la misma entrevista:
“Una ‘buena’ consolidación es aquella en la cual los impuestos son menores y
el menor gasto gubernamental tiene lugar en infraestructuras y otras
inversiones”… “Una ‘mala’ consolidación es en realidad la más fácil… aumentando
impuestos y reduciendo el gasto de capital.”
Resumamos: La reducción de los gastos públicos y la austeridad, “Bueno”.
Aumento de los impuestos, “Malo”. ¿No se trata de las mismas incoherencias
derechistas que hemos escuchado durante años?
La “austeridad” significa un ataque contra el modelo social de Europa y
apunta a hacer retroceder los adelantos progresistas del último siglo. Existe
acuerdo casi universal de que las medidas restrictivas no conducen a la
recuperación, solo empeoran las cosas. La reducción de déficits en medio de una
recesión es un modo seguro de asfixiar la actividad económica y de fomentar la
intranquilidad social. Es lo que ha sucedido. Aparte de convertir muchas de las
principales ciudades de la UE en zonas de fuego a voluntad la austeridad está
remodelando el paisaje político y alimentando elementos radicales en la derecha
y la izquierda que piden el fin de la unión de 17 miembros y un retorno a la
soberanía nacional. (¡Hurra!).
A pesar de todo, los responsables políticos parecen hacer caso omiso a la
tormenta política que han provocado. Siguen concentrados como un laser en su
principal objetivo, que es asegurar que una parte mayor de la riqueza nacional
suba por la cadena de ingresos. Lo hacen manipulando la falsa “crisis de la
deuda” mientras sus lacayos políticos y “técnicos” reducen las pensiones, la
atención sanitaria y los subsidios a industrias protegidas; recortan los
presupuestos estatales, reducen su fuerza de trabajo federal, aplastan al
sindicalismo, eliminan los tributos e impuestos sobre el capital, y privatizan
más activos y servicios públicos. Menos gobierno significa menos actividad,
menos puestos de trabajo, menos demanda, y más dificultades para los
trabajadores. En otras palabras, la austeridad logra exactamente lo que debía
lograr: más beneficios para el 1% y cero para todos los demás. Lo que sigue es
un pasaje de un artículo en Reuters :
“La caída en el volumen de negocios en la Eurozona se profundizó a un ritmo
mucho más rápido que lo previsto en abril, sugiriendo que la economía seguirá en
recesión por lo menos hasta la segunda mitad del año…
“Las nuevas cifras deprimentes de PMI indican claramente que la economía de
la Eurozona sigue con la soga al cuello”… Las fábricas europeas tuvieron su peor
mes desde junio de 2009. Las compañías dicen que sus libretas de pedidos se
reducen y que están reduciendo los puestos de trabajo como reacción a la caída
en la demanda…
“No existen verdaderos impulsores de crecimiento, lo que sugiere que aunque
la tasa general de deterioro es modesta por el momento, podemos ver que
continuará empeorando en los próximos meses”, dijo Chris Williamson, economista
jefe del compilador de PMI (índice de gerentes de compra) Markeit.” (“Euro zone
slump deepens unexpectedly in April”, Reuters )
La “consolidación de la deuda” y las “reformas estructurales” de Draghi han
aumentado las presiones deflacionarias y profundizado la recesión. Han sido un
fracaso total como cualquiera con medio cerebro podría hacer predicho.
Por lo tanto, ¿se supone que creamos que el presidente del BCE no sabía cuál
sería el efecto de sus políticas, que no sabía que políticas contraccionarias
llevarían a una contracción económica?
Claro que lo sabía. Draghi no es un idiota; es un economista muy competente.
Esto solo muestra que tenía un motivo ulterior, que la política fue elaborada
para servir los intereses de sus compinches en la banca y no los del 99%.
Después de todo, el verdadero propósito de la austeridad no es reducir déficits
o incentivar el crecimiento, sino colocar a los gobiernos en una camisa de
fuerza fiscal para que la industria privada y grandes finanzas consigan una
mayor tajada de la torta. ¿No es precisamente el objeto de todo el asunto?
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MIKE WHITNEY vive en el Estado de Washington. Colaboró en Hopeless: Barack
Obama and the Politics of Illusion (AK Press). Para contactos: fergiewhitney@msn.com .
Fuente:
Fotografías:Pepa Rodriguez.Selección Díaz Pereira: cloacas del almario: Berlin.