miércoles, 21 de abril de 2010

EL NIÑO YUNTERO




Carne de yugo,ha nacido
más humillado que bello,
con el suelo perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiercol puro y vivo
de vacas,trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.



Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir,y siente
la vida como una guerra,

y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.


Trabaja,y mientras trabaja

masculinamente serio,

se unge de lluvia y se alhaja

de carne de cementerio



A fuerza de golpes,fuerte,
y a fuerza de sol,bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente,
para que la tierra inunde
de pan y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esa cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.

M.H.

viernes, 9 de abril de 2010

14 DE ABRIL,ANIVERSARIO ESPECIAL EN EL CENTENARIO DE MIGUEL HERNANDEZ

V.O.P OLEO
Es sangre no granizo,lo que azota mis sienes.
Son dos años de sangre,dos inundaciones.
Sangre de acción solar,devoradora vienes,
hasta dejar sin nadie y ahogados los balcones...

Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes,tristes

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes,tristes.

miércoles, 7 de abril de 2010

ROSARIO LA DINAMITERA, POEMA EPICO DE UN MIGUEL CON TIERNA PLUMA

Miguel Hernández glosó la heroica lucha del pueblo español en sus poemas inolvidables.Uno de ellos,y muy famoso es el dedicado a Rosario la Dinamitera,entonces una muchachita ,que en plena batalla, su bomba defensiva le llevó la mano derecha,dejando el poeta testimonio poético, como testigo de primera fila de la encarnizada defensa Popular.Recientemente Rosario falleció a los 88 años.Era habitual a las lecturas que en las Primaveras recordabamos ejerciendo la Memoria , al poeta de Orihuela. En la foto inferior de 1992, Rosario,posa con algunos de los poetas que recitamos ese día ante el Monumento a Miguel ,sito en el Parque del Oeste de Madrid.

Rosario,dinamitera

sobre tu mano bonita

celaba la dinamita

sus atributos de fiera.

Nadie al mirarla creyera

que había en su corazón

una desesperación

de cristales,de metralla

ansiosa de una batalla

sedienta de una explosión.

Era tu mano derecha

capaz de fundir leones

la flor de las municiones

y el anhelo de la mecha.

Rosario,buena cosecha

alta como un campanario

sembrabas al adversario

de dinamita furiosa

y era tu mano una rosa

enfurecida,Rosario.

Buitrago ha sido testigo

de la condición de rayo

de las hazañas que callo

y de la mano que digo.

¡Bien conoció el enemigo

la mano de esa doncella

que hoy no es mano porque de ella

que ni un solo dedo agita

se prendó la dinamita

y la convirtió en estrella!

Rosario dinamitera,

puedes ser varón y eres

la nata de las mujeres

la espuma de la trinchera

Digna como una bandera

de triunfos y resplandores

dinamiteros,pastores,

vedla agitando su aliento

y dad la bombas al viento

del alma de los traidores.


MIGUEL HERNÁNDEZ


domingo, 4 de abril de 2010

ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ


(En Orihuela,su pueblo y el mío,se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé a quién tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma tan temprano.

Alimentando lluvias,caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por dolor me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lleno mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte al vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tomenta
de piedras,rayos,hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón,ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma compañero.

(10 de Enero de 1936)


MIGUEL HERNÁNDEZ