martes, 12 de mayo de 2009

PALABRAS A LOS MUERTOS DE JUAN GIL ALBERT

Oh muertos ,
desconocidos hombres que pueblan mi mundo de fantasmas,
y que errantes sobre nuestros caminos de la vida,
pesan como los arboles frutales,abrumados,
hacia el suelo profundo.
.
No será ya posible evitar vuestro espectro
que asoma con ahinco
detrás de los tapiales de la yedra,
donde de nuevo el ímpetu que fuisteis
se torna esa espesura de silencio.
No será ya posible
que aquellos que contemplen el suelo de la patria
marchito entre los brazos de tardía victoria,
deslicen sus amores o ese triunfo
sin recordar que andan sobre restos calientes.


El clamor que se queda suspendido,
cada vez que un suspiro poderoso
anuncia que otro cuerpo
trémulo y solitario acaba de caer,
en busca de posibles compañeros que llegarán más tarde,


invade como en ámbitos cerrados
los años sucesivos,
y un perenne sudor nos espera
con la turbia conciencia bajo el laurel guerrero.

Reposad,oh innumerables tumbas entreabiertas,
cuerpos acribillados cuyos alones rotos
os entregan horrendos
a esa lenta consunción con la tierra que habían defendido.

Es sin duda distinta así la muerte,
cuando una fresca gloria imperceptiblemente roza
vuestro exhalado aliento.
Pero es triste miraros
los rígidos despojos sobre el campo,
como si secas fuentes
no alumbraran ya más sobre el destino a los hombres.

Reposad,gérmenes voluntarios
si es que ahí se conquista el reposo.
Un presentido empuje está latiendo
cuando en polvo,roídos por la muerte
tiemblan las avecillas prematuras
doble un primaveral eco de sombras.

Ya los sagrados pies de unos hombres mejores
llameantes,recorren el país,
y la obsesiva noche de los siglos
su colosal figura parece desterrada.
Así,dormid triunfando,pedestales recientes.
Nadie acierta a vivir mientras no cumple
la pavorosa deuda contraída.
Son nombres ignorados(1938)
JUAN GIL ALBERT




Imágenes de los "Desastres de Goya"

lunes, 11 de mayo de 2009

LOS FUSILAMIENTOS


En aquella ocasión pintaste un grito,

un grito levantándose desde el profundo abismo

hasta tu mano diestra estremecida.


Esa camisa blanca,desgarrada,

esas manos que crecen en la sombra.

ese farol luciérnaga horrorosa

que bebe carmesíes en la tierra,

ese hombre que gime


con atónitos ojos deslumbrados

por la mirada última del mundo

o el otro ya caído que se abraza a la tierra

como con ansia de nacer de nuevo,

y esa fría muralla inexpugnable

de violentas espaldas obstinadas

forman el grito inolvidable,inmenso,

que del odio subió a tu mano diestra.


Después de haberlo visto

nada lo arrancará de la memoria.

Ni los claros de luna,

ni la rosada y virgen luz del alba.

ni primavera en flor,ni lento otoño,

ni árbol ni mar,ni pájaro ni rosa

ni ojos azules en amor mirados

pueden borrar la imagen de esos cuerpos

calmando su profunda sed de visa

en los regueros rojos que de dentro les nacen.


Nada podrá librar al mundo de esa angustia,

de esa agonía lenta de los hombres

en rebeldía inútil

contra el destino del seguro paso,

que inevitable rítmica andadura

acortando las horas,acercándose.


No sé si con zarpazos o temblores

quedó inscrito en tu cuadro este mensaje

que yo digo en palabras llanamente:


"Pasad de largo,si pasad de largo.

No miréis esos muertos

cuyos labios inmóviles os gritan su desprecio.

La vida es vuestra prisa,

vuestro pequeño mundo donde todas las cosas tienen su sitio fijo".


La muerte que aquí alienta

no es esa esbelta dama que conoce

la familiar tibieza de las sábanas.

Esta es la muerte vil de los caminos

cuyos pasos se acercan uno a uno,

hembra mala de noches sin aurora,

nodriza del espanto

hija y madre del crimen.


No la miréis.Para descanso vuestro

he pintado la fina alegoría

de las verdes praderas en declive

donde el amor acampa y el donaire.

A vuestros ojos fáciles he dejado primores,

milagrosas cinturas,tornasoladas tardes

de un arrebol igual que las mejillas

de la muchacha dulcemente amada.

Cómplice malicioso de la risa

he pintado el vacío de unos rostros

que las monedas de oro hermoseaban.

Llevad allí vuestra mirada húmeda.


Aquí sólo deseo que se fijen

los ojos habituados a la muerte:

miradas secas de horizontes anchos

como las tierras de mi nacimiento.


Quiero que me comprendan

los que cuentan el tiempo por latidos

y han pasado despiertos sin temores,

el confín turbio de las pesadillas.


Habitantes de agónicos trasmundos

donde el sueño y la vida se confunden.

ellos son mis hermanos,para ellos

va escrito mi mensaje en este cuadro.


Luz sonreída,Goya,amarga luz (1972)

ILDEFONSO-MANUEL GIL

LA REHABILITACION DE LA MEMORIA HISTÓRICA


LA SOLEDAD POBLADA



"Porque ahora la muchedumbre de muertos

es demasiado numerosa en torno nuestro,

y erramos hacia todos los lados,

cegados por el velo de la muerte triunfante"

(De una Carta de D.H.Lawrence.)


Todas las sombras de la noche nacen

en mis ojos abiertos al silencio.

Como un viejo castillo visitado

por las antiguas historias revividas

en un horror sombrío de fantasmas,

así mi alma, soledad en ruinas,

aire parado y orfandad de río,

sólo vive su ayer.Trepan las yedras

del desaliento,y el lagarto inmenso

del desamor resbala en las paredes,

donde estatuas yacentes y lápidas borrosas

vestigian lo que fue.Cesó la vida;

no fluyen mis entrañas manantiales

ni el pájaro del sueño hace su nido,

ni canta el viento su canción eterna.

Tantos seres que amaba se me han ido,

que ya mi juventud es sólo un eco

de emociones de ayer,vueltos los ojos

hacia un camino largo,interminable,

cercado de altas,doloridas tapias.

Y paso por la vida con un gesto

de escondido dolor y lejanías.

Hablo en silencio con mis compañeros

con los fantasmas que a mi lado marchan.

Yo los siento conmigo,yo los veo,

y por eso en mis ojos han quedado

esta vaga mirada,esta tristeza,

este lento cansancio inacabable.

En la cerrada noche del insomnio,

todo cuanto ellos al morir callaron

me lo dicen a mí.Yo he de decirlo,

con sus mismas palabras a vosotros,

para hacer imposible que el silencio

me los vuelva a matar en la memoria.

No dejaremos que la muerte siegue

el vuelo de su ensueño y su esperanza,

ni que ponga el olvido en nuestros labios

una canción que apague su recuerdo.


Poemas del dolor antiguo(1945)


ILDEFONSO-MANUEL GIL

miércoles, 6 de mayo de 2009






14.(del Diario de un Poeta recién casado)

Cuando,dormida tú,me echo en tu alma,



y escucho con mi oído



en tu pecho desnudo,



tu corazón tranquilo,me parece



que,en su latir hondo,sorprendo



el secreto del centro



del mundo.


Me parece



que lejiones de ánjeles,



en caballos celestes



-como cuando,en la alta



noche escuchamos,sin aliento



y el oído de la tierra,



trotes distantes que no llegan nunca-.



que lejiones de ánjeles



vienen por tí,de lejos,



-como los Reyes Magos



al nacimiento eterno



de nuestro amor-



vienen por tí,de lejos,



a traerme,en tu sueño,



el secreto del centro



del cielo.

15

¿Sencillo?

Las palabras

verdaderas;


lo justo para que ella,sonriendo


entre sus rosas puras de hoy,


lo comprenda.

Con un azul,un blanco,un verde

-justos-,

se hace-¿no ves?-la primavera.



JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

martes, 5 de mayo de 2009

MAR ...de Juan Ramón.




Parece,mar,que luchas
¡oh desorden sin fin,hierro incesante!
por encontrarte o porque yo te encuentre
¡Qué inmenso demostrarte en tu desnudez sola
-sin compañera...o sin compañero
según te diga el mar o la mar-creando
el espectáculo completo
de nuestro mundo de hoy!
Estás como en un parto
dándote a luz -con qué fatiga!-
a tí mismo,a tí sólo y en tu misma
y sola plenitud de plenitudes,
...¡por encontrarte o porque yo te encuentre!
Juan Ramón Jiménez