De la mano de la noche
regresan los dos amantes
portando la luz extraña
que surgió aquella tarde
De nuevo aparecerán,
al cabo de unos instante
las sombras que apagarán
los senderillos del parque
En un árbol han quedado
grabados vistosos nombres
en la piel de la memoria
de ese leño del placer
la huella de dos amores
comuniones del querer.
El amante dijo ayer
al oido de su Ofelia:
Quiero que tú ,noche fueras
para que me encuentres siempre
la mañana que me esperas.
JDP.2007