martes, 3 de abril de 2007

SEPELIO OTOÑAL


Exhausto el encanto
solemnes sus ramas
cual óbito santo
Sus postreras hojas
ocupan las charcas
en suelo de barro
El cántico triste
de inerme ramaje
aterido tiembla
El himno solemne
de un frío Otoño
retumban sus ayes
En angosto trance
la savia escasea
desnudas las copas
dan punto final
al balance
Después de una vida
de dos centenarios
el gélido invierno
convierte en sudario
la flora que un día
huyó del madero
aquel árbol muerto
enrama de cera
sus encajes blancos
rezuma belleza
agridulce y romántica.
J.D.P.Jardín de San Carlos 66