
Quizás esta araña represente el
símbolo de
Roppongi,una
céntrica zona urbana,que se rehabilitó a partir de la burbuja económica japonesa durante los años de fuerte expansión,impulsando la reconstrucción de este Distrito del Oeste de
Tokio,que contiene algunos de los edificios mas emblemáticos en el orden arquitectónico como es el
Roppongi Hills, descripto en su momento por ser una ciudad dentro de otra ciudad,dado los
numerosos establecimientos que alberga, todo ello con diseño
ultra moderno, y bien integrado en un enorme bizcocho urbano lleno de
pubs,discotecas,salas de masajes,viejos restaurantes con todos las antiguas estrellas que pasaron por estos pagos retratadas para la posterioridad,salas de
jazz con poca luz,que escucharon el
saxo de
Clinton,( y escribo
saxo),tambien cuenta con un Cementerio sin murallas,miles de
bochinches que ofrecen las cocinas mas exóticas, y que contrastan con las de ejecutivos de los rascacielos de las grandes casas de la fotográfia, abundan los jubilados que asisten a los Museos,
especialmente al de Arte Moderno, muchos apartados con pareja incluida la callejera actuación de los
conseguidores de placer de todos los colores e idiomas,
así como alguna de las Discotecas mas grandes del mundo como la
Velfarre,aunque el mejor recuerdo de todo ello quizá por simple ,esta unido a sentarme a esperar a unos amigos en la
Pastelería de
Almond,que en japonés significa Amando,en el cruce
Roppongidori y
Gaien-
Higashidori,con una mesa,solo una mesa para dos. frente aquella muchedumbre atravesando como
rios que se juntan,como en
Manaus, tan sólo controlados en este caso,por pálidos
semaforos .
Sinembargo aquel café con leche espumoso y fresco regando el
fino pastel,producía esa intimidad
ultraterrena de aquellas mesas de
Cafés ,que campean en las plazas de las viejas ciudades ,compartiendo la eternidad de las obras maestras,que terminan siendo, al tercer sorbo, meros decorados.

