Dimitris Pantoulas (Loannina, 1979) es una joven promesa de la academia y de
la izquierda griega. Formado en Inglaterra (Derby, East Anglia y Bath) ha
regresado a su país, Grecia, en un momento crítico: justo para vivir lo que
define como una “transformación social de calado”. Habla relajado, seguro de sí
mismo y en un español (aprendido en Sevilla y en América Latina) fluido…
P- Las elecciones francesas opacaron a las griegas y sin embargo,
lo ocurrido allí después de la 'intervención' de la Unión Europea -UE- (y de la
orgía de recortes que eso está implicando) es muy interesante... ¿Qué resumen
general puede hacerse más allá de lo evidente?
R- La clave de estas elecciones está, sin duda, en la deslegitimación
de las políticas de ajuste en general y de aquéllas que los acreedores
han impuesto a Grecia en particular. Los ciudadanos han castigado con
contundencia a los partidos que habían impuesto el Memorándum [nombre que
se da, en Grecia, al Plan de Ajuste acordado por Atenas con la UE y el FMI] y
las reglas que regían el sistema político.
El problema es que lo que también ha quedado demostrado es que Grecia todavía
está muy fragmentada política y socialmente. El voto a partidos antaño
minoritarios [que van desde los neonazis hasta partidos de izquierda no
socialdemócrata] ha crecido como la espuma, lo cual demuestra que todavía no hay
consenso sobre cómo salir de la crisis. En el fondo es lógico y no debería
sorprender si se consideran tanto la magnitud del golpe que la sociedad griega
ha padecido en los últimos dos años como la forma en la que la elite política y
sus medios de comunicación han impuesto las medidas de ajuste …
Durante meses los griegos han soportado un bombardeo constante de dilemas y
de chantajes, la mayoría de los cuales (Euro o Dracma; supervivencia o
bancarrota, etc.), no solo no eran disyuntivas reales, sino que para lo único
que han servido es para aterrorizar a la gente.
En términos generales estoy de acuerdo con aquéllos que ven las recientes
elecciones [celebradas el pasado 6 de mayo] como el primer paso hacia una
transformación social de calado. De hecho las siguientes [previstas para el 17
de junio] serán las que definan realmente la relación de fuerzas existente en el
país…
Y en relación con Europa, lo interesante de ambos procesos es que están
demostrando a otros países que los pueblos siguen teniendo capacidad de veto
contra las decisiones injustas y antidemocráticas tomadas por la élites sin
consultar y que, desde luego, siempre hay alternativas al pensamiento y a las
soluciones únicas que proponen esas élites… Eso, considerando el panorama
actual y las movilizaciones que hay en Europa contra las medidas de
ajuste neoliberal, es muy estimulante.
P- ¿En Grecia nos enfrentamos a una crisis de legitimidad del
sistema o exclusivamente de los dos partidos tradicionalmente mayoritarios [ND,
derecha y PASOK, socialdemócrata]?
R- En realidad, el PASOK y ND nunca fueron más que dos partidos que
competían entre sí electoralmente pero compartían la creencia en un mismo
sistema. Desde el final de la dictadura, en 1974, ambos se habían turnado en el
poder sumando apoyos conjuntos, siempre, por encima del 75%. Sus votos
provinieron fundamentalmente de las clases medias, que en Grecia comenzaron a
crecer sobre todo a partir de los años 80. El problema es que ahora, el rápido y
violento colapso de esas clases medias –consecuencia de las políticas de
austeridad- ha conducido al colapso de esos dos partidos, y también del
sistema político que siempre defendieron.
P- ¿Y usted cree que esa tendencia es irreversible? ¿Qué
comportamiento electoral piensa que pueden tener el PASOK y ND en las elecciones
del 17 de junio?
R- La situación sigue siendo muy inestable. Pese a ello, veo difícil
que PASOK y ND vuelvan a monopolizar el juego político. El colapso de la clase
media les ha afectado muchísimo. Las políticas de ajuste -derivadas del
Memorándum firmado por el Gobierno de coalición de esos partidos con el
Fondo Monetario Internacional (FMI) y la UE- recuerdan demasiado al Consenso de
Washington que tanto daño hizo en América Latina. Las políticas neoliberales son
nefastas para las clases medias y bajas, porque a lo que tienden es a concentrar
el poder y la riqueza en pocas manos. Lo paradójico del caso griego es que los
dos partidos que mejor encarnan el neoliberalismo son, precisamente, los que
tienen un origen más de clase media, y por si fuera poco, aquéllos que basaban
su control social en relaciones clientelistas, nepotistas e incluso en cierta
redistribución de la riqueza: todo ello es incompatible con las políticas
neoliberales de austeridad.
P- Pero, ¿cuál fue el motivo de fondo por el que PASOK y ND terminaron
acercándose tanto a las élites económicas?
R- Ambos partidos pensaron que el bipartidismo era irreversible, y por
eso las élites apostaron por ellos. Para muestra de cómo han funcionado las
cosas en los últimos tiempos, un botón: ambos partidos ya han recibido, por
adelantado, la financiación pública de los próximos dos años tomando como
estimación ¡Los resultados electorales de 2009! Por si no bastara con eso PASOK
y ND, también se endeudaron –como si fueran empresas privadas- con los bancos
nacionales, aportando como garantía los votos que recibirían ¡En el futuro! y la
financiación pública que les sería asignada ¡Como consecuencia de esos votos!…
Esta situación no solo plantea preguntas sobre la financiación pública de los
partidos políticos, sino también sobre la relación entre éstos últimos y la
banca así como sobre el uso que esta última da a los ahorros de los ciudadanos…
P- ¿Y qué otras perversiones notables tenía (o tiene todavía) el sistema
bipartidista griego?
El sistema electoral, por ejemplo, es un escándalo: por una parte regala 50
escaños al partido político que gana las elecciones (independientemente del
porcentaje de votos que saque) y por la otra, reparte los otros 250 diputados,
proporcionalmente, entre todos los partidos que superen el 3% de los votos. Así
que, por una parte, refuerza desproporcionadamente al ganador y por la otra
fragmenta a la oposición. En Grecia, con el sistema electoral de 2009, se puede
tener mayoría absoluta hasta ¡Con un 35% de los votos! La lógica que sustentaba
un sistema tan injusto era el bipartidismo y un clientelismo que, sobrepuesto a
cierta política redistributiva (que de todos modos nunca fue un hecho real y
universal en Grecia), permitía a los dos partidos mayoritarios generar una
relación de dependencia con la mayor parte de la sociedad.
A veces se olvidan estas cosas pero, el actual Presidente de ND, Andonis
Samaras [equivalente al PP y por lo tanto, a Mariano Rajoy] se fue del partido
hace 20 años. 10 años después tuvo que regresar, derrotado por el bipartidismo y
por el sistema electoral. ¡Era una losa!
P- ¿Y esta vez por qué ND ha perdido tantos votos? ¿Qué atractivo tienen
para los votantes de derecha opciones nacionalistas como ANEL o la neonazi
Aurora Dorada (AD)?
El punto de inflexión de ND fue noviembre de 2011. Ya en 2009 había perdido
las elecciones, y por tanto el poder, cosechando el peor resultado de toda su
historia… pero cuando en noviembre de 2011, después de haber estado contra el
primer Memorándum, ND votó a favor de un Gobierno de tecnócratas con
apoyo tripartito [junto al PASOK y a LAOS, un pequeño partido de ultraderecha]
firmó su sentencia de muerte. Y la firmó porque ese Gobierno firmó un segundo
Memorándum (con la UE y el FMI) mucho peor que el anterior, que hizo
estallar el descontento social en Grecia como nunca antes. Fue entonces cuando
un grupo de diputados de ND, que rechazó ese viraje, fue expulsado del partido.
Ese fue el núcleo inicial de ANEL, que en las pasadas elecciones arrebató muchos
votos conservadores a ND, que se quedó en un escuálido 19%. La gente en Grecia,
ni siquiera la de derechas, aguanta más ajustes, esa es la moraleja.
P- ¿Y por qué los griegos, en las pasadas elecciones, prefirieron cambiar
el sentido de su voto que abstenerse?¿Podrían hacerlo en las elecciones
previstas para el próximo 17 de junio?
R- Votar en Grecia es obligatorio. Incluso te pueden multar por no
hacerlo. Además, existe una cultura cívica que siempre ha hecho que aquí haya
mucha menos abstención que en Estados Unidos u otros países europeos. Pese a
todo, en las últimas elecciones la abstención fue relativamente elevada para los
estándares griegos: aproximadamente un tercio de los ciudadanos con derecho a
voto no se acercaron a votar. Entre los elementos que podrían explicar ese
relativo incremento de la abstención están la creciente emigración (los griegos,
¡no podemos votar desde el extranjero!); el elevado coste de los transportes
(muchos, no pueden permitirse viajar con la crisis encima) o la antigüedad de un
censo que lleva sin renovar ¡Desde 2001! De los que votaron, hubo bastante
voto-protesta. Es muy probable que en las próximas elecciones [previstas para el
17 de junio] la abstención crezca un poco más, sobre todo por el tema del
transporte…
P- ¿Cuál es el perfil sociológico del votante medio del partido neonazi
Aurora Dorada (AD)? ¿y el de sus dirigentes? ¿Se trata de simple voto protesta o
expresa otras tendencias, más estructurales, de la sociedad griega?
R- AD es un grupúsculo neonazi que comenzó a funcionar a caballo entre
las décadas de los 80 y los90. Es importante distinguir entre el núcleo del
partido (que en las elecciones de 2009 obtuvo apenas un 0,29%) y el 7% que votó
a ese núcleo en las elecciones del 6 de mayo. Lo cierto es que en Grecia no hay
un 7% de neonazis deseoso de expulsar a los inmigrantes, callar a todo aquel que
disienta y de que la sociedad se organice militarmente. En realidad, la mayoría
de los apoyos de AD, fueron votos-protesta. El tema de la inmigración (que es
una herencia envenenada porque el sistema nunca quiso integrar a esas personas,
pero tampoco les pudo abrir las puertas de Europa) es una bomba de relojería en
el contexto de una crisis como ésta, en la que una gran parte de la población
está transitando de la precariedad a la informalidad. Ahora mismo es muy fácil
explotar el descontento y los miedos de la población. AD lo hizo y no solo
retóricamente: organizó grupúsculos de adeptos que, en áreas problemáticas, se
dedicaban a atacar a los inmigrantes, a “proteger” negocios o a acompañar a los
viejecitos a sacar dinero de los cajeros automáticos... A nivel institucional,
mientras estas cosas ocurrían, la izquierda lo denunciaba pero los dos partidos
mayoritarios [ND y el PASOK] contribuyeron a legitimar en el debate público
muchos argumentos de AD. Se llegó al punto de que la policía antidisturbios y
los militantes militarizados de AD reprimieron, conjuntamente, manifestaciones
organizadas por la izquierda ο grupos antirracistas. Esa relación llegó a ser
tan simbiótica que se sabe que AD obtuvo sus mejores resultados en zonas
cercanas a la Jefatura de Policía de Atenas, en la que votan los policías de
provincias destinados en la capital…
P- Y hablando de izquierda, ¿adónde cree usted que se están yendo los
votos del PASOK: más hacia la izquierda, hacia la derecha o hacia la
abstención?
R- En las últimas elecciones [celebradas hace unas semanas] el PASOK
perdió algo más del 70% de los votos que había recibido en 2009. Esos apoyos se
fueron en todas direcciones aunque, la mayoría, fueron a parar a DIMAR
(Izquierda pro Euro) y a SYRIZA (Izquierda anti-planes de ajuste ).
Algunos votos también se fueron a la derecha, pero no a ND, sino a ANEL, que es
una escisión de ND [anti-planes de ajuste ]. Lo interesante ahora será
ver cómo se comporta el electorado duro del PASOK en las elecciones del 17 de
junio. La mayoría son jubilados que vivieron los años dorados del bipartidismo.
Muchos de ellos en las elecciones pasadas se abstuvieron. Pero, ¿qué harán ahora
que a medida que crecen las opciones de que SYRIZA gane las elecciones se
prepara una campaña mediática contra el “peligro izquierdista”? Está por ver,
porque los jóvenes, siguen emigrando…
P- ¿Y por qué la izquierda no se presentó unida a las elecciones del 6 de
mayo? ¿Únicamente por la cuestión del euro? De hecho, ¿por qué piensa usted que
SYRIZA es la opción que más ha crecido y otras más tradicionales -como los
comunistas o los ecologistas- apenas han ganado votos?
R- Lo paradójico es que las bases de los partidos siempre han
pretendido la unidad de la izquierda… pero las cúpulas no. Por eso la izquierda
en Grecia está tan fragmentada: cada uno defiende sus intereses. Por una parte
está el viejo Partido Comunista (KKE), que tiene una estructura muy rígida y una
gran capacidad de movilización. Pese a ello, sus dirigentes nunca han querido
alianzas con nadie: ni antes ni después de las elecciones y ni siquiera, para
canalizar luchas populares. Después está DIMAR, una reciente escisión, pro euro
de SYRIZA que se ha marcado como objetivo captar, a través de un discurso
izquierdista moderado, el voto más progresista del PASOK. Por último está
SYRIZA, una fuerza en ascenso que en las pasadas elecciones quedó en segundo
lugar [por detrás solo de ND] y a la que, hoy por hoy, los sondeos dan como
posible ganadora de las elecciones del próximo 17 de junio. Entre las razones
que explican su fulgurante ascenso están su firme oposición a los planes de
ajuste, su presencia en la calle, su apuesta por la unidad de la izquierda y el
hecho de haberse dejado de asumir como fuerza de oposición. Hoy por hoy SYRIZA
quiere gobernar y además tiene un programa muy realista para hacerlo. Todo ello
hace que sea una fuerza que socialmente ha comenzado a ser percibida como una
opción alternativa al bipartidismo tradicional. Y eso, en la Grecia actual, es
mucho: un soplo de aire fresco que, por cierto, está perjudicando cada vez más a
partidos que -como el KKE o DIMAR- no dan la impresión de estar preparados para
gobernar sino, como mucho, para influir o que, como los ecologistas, ni siquiera
han logrado entrar en el Parlamento. De hecho, las próximas elecciones también
serán un test en este sentido…
P- ¿Y usted cree que de cara a las próximas elecciones sería posible
pensar en alguna forma de convergencia izquierdista alrededor de un proyecto
alternativo?
R- Antes de las elecciones está complicado: SYRIZA sigue abierto a
coaliciones pero el Partido Comunista es una opción que no contempla y en cuanto
a DIMAR, su papel en las recientes negociaciones para intentar formar Gobierno
ha sido muy ambivalente: por momentos, aunque al final no concretó nada, pareció
prestar demasiados oídos a los partidos de siempre [ND y PASOK].
Dependiendo de lo que pase el 17 de junio, después de las elecciones la
convergencia de la izquierda alrededor de un proyecto alternativo sí podría
darse. De hecho, la situación socioeconómica es crítica y si aritméticamente
fuera posible que la izquierda gobernara, las bases presionarían muchísimo. Si
en esa coyuntura alguien rechazara esa posibilidad, la factura política a largo
plazo podría ser demasiado onerosa. El problema es que todavía está por ver lo
que va a ocurrir: por el momento SYRIZA encabeza las encuestas pero,
precisamente por eso, los ataques que va a recibir y la campaña de miedo, van a
ser impresionantes…
P- Centrándonos en lo electoral da la impresión de que en Grecia todo
es "cupular". ¿Qué grado de autonomía y qué capacidad de presión real tiene allí
el movimiento popular? ¿Hay iniciativas parecidas a la de los Indignados u
Occupy?
R- Los movimientos populares padecieron mucho el bipartidismo en
Grecia. La capacidad del sistema para cooptar desarticuló el sindicalismo
tradicional. Pero a partir de 2010 todo empezó a cambiar. La movilización social
está siendo enorme. Aquí también hay Indignados, como los de España, e incluso
un movimiento local, muy imaginativo, llamado “Yo no pago”, que practica la
insumisión fiscal y acciones directas contra el encarecimiento de los servicios
públicos. La mayoría de estos grupos son espontáneos… no tienen vinculación con
partidos políticos. Actúan localmente. Ahora mismo casi todo pasa por las urnas,
pero después de las elecciones estos actores serán importantes: si hay algo
evidente es que, pase lo que pase en junio, este país está transitando hacia una
nueva fase de su historia.
P- Y hablando de ‘nuevas fases de la historia’ –y ya para
terminar- ¿usted ve a Grecia fuera de la UE, o al menos fuera del euro?
R- En los mercados de valores dicen que solo los tontos piensan que
cuanto alguien toma una medicina equivocada la que hace daño es la dosis y no la
medicina. En Grecia y en Europa el neoliberalismo está teniendo las mismas
consecuencias que antes tuvo en otros países de la periferia. Precisamente por
eso es probable que, también en Europa, termine habiendo reacciones parecidas,
porque los pueblos no son tontos. En Grecia, ahora mismo, se está librando una
de las batallas más grandes de la historia moderna europea: la que contrapone
los mercados a la democracia. Lo que se oye sobre la salida o no de Grecia del
euro, e incluso de la UE, forma parte de esa batalla. Yo, en realidad, dudo
mucho de que las amenazas europeas a Grecia vayan a concretarse o que mi país
vaya a salir, unilateralmente, de la UE. En los próximos tiempos podrían ocurrir
muchas cosas: incluso que otro país de la UE salga de la Eurozona antes que
Grecia o que la economía mundial colapse… Insisto en que vivimos momentos
históricos y las predicciones son arriesgadas. El tiempo y los pueblos dirán.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del
autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para
publicarlo en otras fuentes.
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